Descarga #7: “La Liga de los Ceros” por Jeremy Robert Johnson

El más reciente álbum de la agrupación The Mars Volta (que se presentará en Bogotá el próximo 29 de Octubre junto a R.E.M), The Bedlam in Goliath, generó el ambiente ideal previo a la lectura de Jeremy Robert Johnson, autor que escribió la extraña historia del proceso de grabación de dicho álbum (donde los músicos de The Mars Volta tratan de deshacerse de una Tabla Ouija), y autor de La Liga de los Ceros, cuento incluido en la antología Agua/Cero y leído con la música de fondo diseñada por Juan Fernando Ossa para el libro — una música a la que Jeremy Robert Johnson se refirió como “fascinante, profundamente oscura y con una especie de tono tech-noir“.

La Liga de los Ceros es la historia de Jaimie y Raymond, dos personajes que buscan ser aceptados por la sociedad experimentando con sus propios cuerpos — Jaimie quiere sacarse el cerebro para meterlo en una caja, y Raymond, sin mayores ambiciones, simplemente quiere ser exitoso como Hombre Ensalada. Pero sus modificaciones tienen ciertas complicaciones: mantener el cerebro por fuera del cuerpo, así como tener una huerta en la piel, requiere mucho mantenimiento:

Ray está empezando a apestar. Creo que algunos de sus vegetales se están muriendo, a pesar de que esta vez el Dr. Tikoshi los sumergió en preservativos. La lechuga cosida en su cuello se ve café en los bordes, y la punta de zanahoria que sale de su frente con orgullo de unicornio, se ha quebrado. Las suturas alrededor del rábano en su antebrazo derecho se ven hinchadas e irritadas.
Desde el principio le dije que Hombre-Ensalada era un proyecto jodido. Le dije que los perecederos siempre requieren mucho mantenimiento. Sin embargo tiene la atención que cosechó, e incluso en este momento la gente lo está mirando. Aún así, en un nivel puramente olfativo, pasar el tiempo con Ray es como pasarlo con un montón de compost.

Jaimie y Raymond viven en un mundo post-apocalíptico donde no estalló ninguna bomba — una especie de armageddon invisible y silencioso que está ahí, moviéndose en el ambiente, como el smog o las ondas electromagnéticas:

Todo eso me deja con la impresión de que estoy viviendo en los escombros de una especie de devastación nuclear. El problema con ese diagnóstico está en la ausencia de cualquier nivel de apocalipsis. Nadie ha lanzado ninguna bomba, ningún gran fuego ha chamuscado la tierra.
Sólo terminamos así. Seguimos una progresión natural del pasado al presente. No somos Post-Apocalipsis, somos Post-Ayer.
Sin embargo, una mirada alrededor, y me doy cuenta que debimos haber tenido una especie brutal de Ayer.

Y tal vez a Jaimie no le importaba morir porque sentía que ya estaba muerto. Probablemente prefería la sensación de inmortalidad que le proporcionaba la fama.

La gente podría asumir que me arriesgo y aguanto el escrutinio público porque hay dinero involucrado. No estarían totalmente equivocados. La industria del freak show mueve millones cada año, y se vuelve más lucrativa con el paso del tiempo. Más fama, más atención. Esas cosas no hacen daño. Antes de empezar esto, antes de dividir mi lengua en tres puntas y de hacer que me quitaran los iris y que me extendieran los dedos de los pies, yo era extremadamente pobre y de todas formas siempre sentí que era feo. Ahora soy tan feo que la gente no puede mirar para otro lado y puedo ganar dólares en publicidad.

La Liga de los Ceros podría cumplir con las características Post-Cyberpunk enunciadas por James Patrick Kelly y John Kessel en el libro Rewired: The Post-Cyberpunk Anthology: un flujo de información sensorial, una bien lograda extrapolación, y un héroe que no necesariamente es un hacker, ni un personaje marginado por el sistema: un joven común y corriente que, en un momento brutalmente honesto de la historia, revela toda su humanidad. Jeremy dice que sus historias pertenecen al subgénero Bizarro, enfocado en historias extrañas.

Alguien en la audiencia relacionó las modificaciones corporales en La Liga de los Ceros con las modificaciones corporales en la actualidad: las mujeres que se aplican Botox, se hacen liposucciones y –a diferencia de la historia, donde la chica más sexy es la que no tiene labios– se hinchan los labios inyectándose silicona. Alguien dijo: “la diferencia entre ponerse unos tomates cherry, o un par de siliconas, o unos collares para alargarse el cuello no es mucha”. Finalmente en la historia, al igual que en nuestra sociedad, los personajes se modifican el cuerpo para ser aceptados y reconocidos.

Alguien de la audiencia preguntó: “¿El futuro siempre es decadente en la ciencia ficción?” Y alguien le respondió: “no, el futuro no es decadente. No es que no haya moral, sino que la moral es distinta. En ese futuro tienen otro sistema de valores”.

Y esto se confirma cuando vemos a Jamie en el escenario, a punto de presentar su última modificación corporal. Cuando sabemos que la adulación del público significa que por fin Jamie es alguien importante. Ahora será famoso y lo transmitirán en horario primetime. Curioso que esta es la primera sesión de Descarga registrada por cámaras de televisión. Como si el show de Jamie en realidad estuviera ocurriendo…

Y mientras las cámaras me graban leyendo la historia, es extraño, pero empieza a dolerme un poco la cabeza. Supongo que no es tan fuerte como el dolor que Jaimie tiene que soportar, pero igual me duele, y tengo que quedarme quieto. No me acostumbro a las luces, a sentirme observado, a no poderme equivocar, pero me las arreglo.

Me adapto. Todos lo hacemos.

[Fecha: 4 de Septiembre, 2008]
[Fotos: Nicolás Peñaloza]

Jeremy Robert Johnson nació el 21 de septiembre de 1977. Es un escritor norteamericano que vive y escribe en Portland, Oregon. Fue nominado para el premio Pushcart en 2000, 2002, y 2006, y para el Stoker Awards, la entrega de premios más importante del mundo en el género de terror, por su novela Siren Promised. Tres de sus cuentos han sido traducidos al español: La Liga de los Ceros, Luminary y Nieve, publicados en Agua/Cero: una antología de Proyecto Líquido.
Sobre su libro de cuentos Angel Dust Apocalypse, el escritor Chuck Palahniuk (autor de Fight Club), dijo: “Un escritor deslumbrante. En serio son cuentos asombrosos — y a mí me encantan los cuentos. Como lo mejor de Tobias Wolff. Mientras los leía, hicieron que el tiempo se detuviera. ¡Eso es excelente!”
Jeremy se considera un escritor de ficción Bizarro, género que agrupa autores con tendencias a la experimentación literaria.

Singularidad Tecnológica: Cuando los humanos trasciendan la biología (entrevista a Ray Kurzweil)

Como continuación del especial sobre La Singularidad Tecnológica que publicamos hace unos meses, el reconocido científico, inventor y futurista Ray Kurtzweil nos permitió traducir y publicar aquí, en H2blOg, la siguiente entrevista (que se publicará en dos partes) sobre La Singularidad Tecnológica como preámbulo de la película The Singularity is Near, que se estrenará a principios del próximo año. Esta es la primera parte.

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La Singularidad esta Cerca: Cuando los Humanos Trasciendan la Biología

Por Ray Kurzweil, Viking Press

Entonces, ¿qué es la Singularidad?
Dentro de un cuarto de siglo, la inteligencia no-biológica va a igualar el alcance y la sutileza de la inteligencia humana. Luego la va a sobrepasar, debido a la aceleración continua de las tecnologías de información, así como la capacidad de las máquinas para compartir instantáneamente su conocimiento. Los nanobots inteligentes estarán profundamente integrados en nuestros cuerpos, nuestros cerebros, y nuestro entorno, venciendo la polución y la pobreza, brindando una longevidad enormemente extendida, una inmersión total a la realidad virtual incorporando todos los sentidos (como en “The Matrix”), la “teleportación de experiencias” (como en “Being John Malkovich”), y una inteligencia humana enormemente mejorada. El resultado será una íntima fusión entre las especies que crean la tecnología y el resultante proceso evolutivo tecnológico.

¿Y esa es la Singularidad?
No, sólo es la precursora. La inteligencia no-biológica tendrá acceso a su propio diseño y será capaz de mejorarse a sí misma en un ciclo de rediseño cada vez más rápido. Llegaremos a un punto donde el progreso tecnológico será tan rápido que la inteligencia humana no-mejorada será incapaz de seguirlo. Esto marcará la Singularidad.

¿Cuándo ocurrirá?
Establezco la fecha para la Singularidad –representando una transformación profunda y negativa en las aptitudes humanas– para el 2045. La inteligencia no-biológica creada para ese año va a ser mil millones de veces más poderosa que toda la inteligencia humana actual.

¿Esto por qué se llama Singularidad?
El término “Singularidad” es comparable al uso de este término por la comunidad de la física. Así como nos cuesta ver más allá del horizonte de sucesos de un agujero negro, también nos cuesta ver más allá del horizonte de sucesos de la Singularidad histórica. Con nuestros cerebros biológicos limitados, ¿cómo podemos imaginar lo que nuestra civilización futura, con su inteligencia multiplicada por billones, va a ser capaz de pensar y hacer? Sin embargo, al igual que podemos sacar conclusiones sobre la naturaleza de los agujeros negros por medio de nuestro pensamiento conceptual, a pesar de nunca haber estado dentro de uno, hoy nuestro pensamiento es lo suficientemente poderoso para tener entendimientos significativos sobre las implicaciones de la Singularidad. Eso fue lo que intenté hacer en mi libro.

Ok, desglosemos esto. Parece que una parte clave de su tesis es que podremos capturar la inteligencia de nuestros cerebros en una máquina.
Por supuesto.

¿Y cómo vamos a lograr eso?
Podemos desglosarlo aún más en requerimientos de hardware y software. En el libro, muestro cómo necesitamos aproximadamente 10 cuatrillones (1016) de cálculos por segundo (cps) para proporcionar un equivalente funcional a todas las regiones del cerebro. Algunos cálculos son más bajos que estos por un factor de 100. Los Supercomputadores ya hacen 100 billones (1014) cps, y llegarán a 1016 cps finalizando esta década. Varios supercomputadores con 1 cuatrillón cps ya están en planos, con dos esfuerzos japoneses que buscan 10 cuatrillones cps al finalizar la década. Para el 2020, van a estar disponibles 10 cuatrillones cps por aproximadamente mil dólares. Lograr el requerimiento de hardware era muy controversial en 1999, cuando salió mi último libro sobre este tema, La Era de las Máquinas Espirituales, pero ahora es una visión mucho más generalizada entre los observadores informados. Ahora la controversia está enfocada en los algoritmos.

¿Y cómo recrearemos los algoritmos de la inteligencia humana?
Para entender los principios de la inteligencia humana necesitamos hacerle ingeniería inversa al cerebro. Allí el progreso es mucho mayor de lo que cree la mayoría de la gente. El propósito espacial y temporal del escaneo del cerebro también está progresando a una velocidad exponencial, aproximadamente el doble cada año, como casi todo lo que tiene que ver con información. En la actualidad, las herramientas de escaneo pueden ver conexiones interneuronales individuales y observar cuando se activan en tiempo real. Ya tenemos modelos matemáticos y simulaciones de un par de docenas de regiones cerebrales, incluyendo el cerebelo, que consta de más de la mitad de las neuronas del cerebro. IBM está creando una simulación de alrededor de 10.000 neuronas corticales, incluyendo diez millones de conexiones. La primera versión va a estimular la actividad eléctrica, y una versión futura también estimulará la actividad química relevante. Para mediados de 2020, es prudente concluir que tendremos modelos efectivos para todo el cerebro.

¿Así que en ese momento vamos a copiar el cerebro humano a un supercomputador?
Más bien lo pondría de esta forma: en ese momento, entenderemos completamente los métodos del cerebro humano. Un beneficio será el entendimiento profundo de nosotros mismos, pero la implicación clave es que expandirá el juego de herramientas de técnicas que podemos aplicar para crear inteligencia artificial.  Entonces podremos crear sistemas no-biológicos que igualan la inteligencia humana en aspectos en que los seres humanos son ahora superiores, por ejemplo, nuestras habilidades para reconocer patrones. Estos computadores superinteligentes podrán hacer cosas que nosotros no somos capaces de hacer, como compartir conocimiento y habilidades a velocidades electrónicas. Para el 2030, mil dólares de computación serán aproximadamente mil veces más poderosos que el cerebro humano. Hay que tener en cuenta que los computadores no serán organizados como objetos discretos como ocurre hoy. Habrá una red de computación profundamente integrada al entorno, a nuestros cuerpos y cerebros.

Usted mencionó el juego de herramientas de la IA. ¿No ha fracasado la IA en cumplir sus expectativas?
Hubo un ciclo de expansión y recesión de la IA durante los 80s, similar a lo que vimos recientemente en comercio electrónico y telecomunicaciones. Dichos ciclos son, por lo general, heraldos de verdaderas revoluciones; recuerde la expansión y recesión del ferrocarril en el siglo XIX. Pero así como la recesión de Internet no fue el final de Internet, el llamado “Invierno de la IA” tampoco es el fin de la historia de la IA. Hay cientos de aplicaciones de “IA limitada” (inteligencia de máquina que equivale o supera a la inteligencia humana para tareas específicas) perneando nuestra infraestructura moderna. Cada vez que envía un e-mail o hace una llamada por teléfono celular hay algoritmos inteligentes que gestionan la información. Programas de IA diagnostican electrocardiogramas con una exactitud que compite con la de los doctores, evalúan imágenes médicas, hacen volar y aterrizar aviones, guían armas autónomas inteligentes, toman decisiones automatizadas de inversión por cerca de un billón de dólares de fondos, y guían procesos industriales. Estos fueron proyectos de investigación hace un par de décadas. Si todo el software inteligente del mundo de repente dejara de funcionar, la civilización moderna llegaría gradualmente a su fin. Por supuesto, nuestros programas IA no son lo suficientemente inteligentes como para organizar dicha conspiración, al menos no por ahora.

¿Por qué mucha gente no ve estos cambios tan profundos que vienen?

Tengo la esperanza de que luego de que lean mi libro, lo harán. Pero la principal falla es la incapacidad de muchos observadores para pensar en términos exponenciales. La mayoría de las predicciones a largo plazo de lo que es técnicamente realizable en periodos de tiempo futuros dramáticamente subestiman el poder de desarrollos futuros porque están basadas en lo que yo llamo la visión “lineal intuitiva” de la historia en vez de la visión “histórica exponencial”. Mis modelos muestran que cada década estamos duplicando la velocidad en la que cambian los paradigmas. Por lo tanto el siglo XX estaba acelerando gradualmente el ritmo de progreso al final del siglo; por ende sus logros eran equivalentes a alrededor de veinte años de progreso al ritmo del año 2000. Lograremos otros veinte años de progreso dentro de catorce años (en el 2014), y luego lo mismo en tan solo siete años. Para expresar esto de otra forma, no experimentaremos cien años de avances tecnológicos en el siglo XXI; seremos testigos del orden de 20.000 años de progreso (de nuevo, cuando se mide frente al ritmo de progreso del año 2000), o alrededor de 1.000 veces más de lo que se logró en el siglo XX.
El crecimiento exponencial de las tecnologías de información es incluso mayor: estamos duplicando el poder de las tecnologías de información, al medirlas por precio-rendimiento, ancho de banda, capacidad y muchas otras variables de medición, aproximadamente cada año. Es un factor de mil en diez años, un millón en veinte años y mil millones en treinta años. Esto va mucho más lejos que la Ley de Moore (la reducción de transistores en un circuito integrado, permitiéndonos duplicar el precio-rendimiento de la electrónica cada año). La electrónica sólo es uno de los muchos ejemplos. Otro ejemplo es que nos tomó 14 años secuenciar el VIH; recientemente secuenciamos SRAS en sólo 31 días.

¿Así que esta aceleración de las tecnologías de información se aplica también a la biología?

Desde luego. No solo están acelerando sus capacidades los dispositivos de computación, como teléfonos celulares y cámaras digitales. A la larga todo lo importante estará compuesto esencialmente de tecnologías de información. Con la llegada de la manufacturación basada en nanotecnología en el 2020, podremos usar económicos dispositivos de mesa para manufacturar por demanda casi cualquier cosa a partir de materia prima muy económica usando procesos de información que reconfigurarán la materia y la energía a nivel molecular.
Supliremos nuestras necesidades energéticas usando paneles solares basados en nanotecnología que capturarán la energía en un .03 por ciento de la luz solar que cae en la Tierra, que es todo lo que necesitamos para suplir nuestras necesidades energéticas proyectadas al año 2030. Almacenaremos la energía en células de combustible altamente distribuidas.

Quiero llegar a biología y a nanotecnología, ¿pero cómo puede estar tan seguro de estos desarrollos? ¿El progreso técnico en proyectos específicos no es esencialmente impredecible?
Predecir proyectos específicos es, de hecho, irrealizable. Pero el resultado de todo el complejo y caótico proceso evolutivo del progreso tecnológico es predecible.
La gente asume intuitivamente que la velocidad de progreso actual continuará en futuros periodos. Incluso para aquellos que han estado lo suficiente para experimentar cómo el ritmo del cambio incrementa en el tiempo, una intuición sin examinar lo deja a uno con la impresión de que el cambio ocurre a la misma velocidad que hemos experimentado recientemente. Desde una perspectiva matemática, la razón por la que se da esto es porque una curva exponencial parece una línea recta cuando se examina por un instante. Como resultado, incluso comentaristas sofisticados, cuando consideran el futuro, usan típicamente la velocidad actual de cambio para determinar sus expectativas y la extrapolan al progreso dentro de los próximos diez o cien años. Por eso es que yo describo esa forma de mirar al futuro como una visión “lineal intuitiva”. Pero una valoración seria de la historia de la tecnología revela que el cambio tecnológico es exponencial. El crecimiento exponencial es una característica de cualquier proceso evolutivo, la tecnología es un ejemplo fundamental.
Como muestro en el libro, esto también se cumple en la evolución biológica. De hecho, la evolución tecnológica emerge de la evolución biológica. Pueden examinar los datos de formas distintas, en escalas de tiempo diferentes, y para una amplia variedad de tecnologías, que van desde la electrónica hasta la biológica, al igual que sus implicaciones, que van desde la cantidad de conocimiento humano hasta tamaño de la economía, y obtienen el mismo progreso exponencial, no lineal. En el libro tengo cerca de cuarenta gráficos de una amplia variedad de campos que muestran la naturaleza exponencial del progreso en medidas basadas en información. Para el precio-rendimiento de la computación, esto data desde hace casi un siglo, mucho antes de que naciera Gordon Moore.

¿No hay muchas predicciones sobre el futuro hechas en el pasado que ahora se ven un poco ridículas?
Sí, pueden citarse las malas predicciones de otros futuristas en épocas anteriores que soportan la noción de que no se pueden hacer predicciones confiables. En general, estos pronosticadores no estaban usando una metodología basada en una teoría sólida de la evolución tecnológica. Digo esto no sólo al mirar hacia atrás. He estado haciendo predicciones acertadas del futuro por más de veinte años basadas en estos modelos.

¿Pero cómo podemos saber con seguridad el progreso total de estas tecnologías si no podemos siquiera predecir el resultado de un proyecto único?

De hecho es muy difícil, o imposible, predecir qué compañía o producto va a ser exitoso. La misma dificultad se presenta al predecir qué estándar o diseño técnico va a prevalecer. Por ejemplo, ¿cómo le va a ir a los protocolos de comunicación wireless Wimax, CDMA y 3G dentro de unos cuantos años? Sin embargo, como lo expongo extensamente en el libro, encontramos tendencias exponenciales sorprendentemente precisas y predecibles al calcular la efectividad global (medidas con una variedad de métodos) de las tecnologías de información. Como mencioné anteriormente, la tecnología de la información va a ser finalmente la base de todo lo que tiene valor.

¿Pero eso cómo puede ser?
En otras áreas de la ciencia vemos ejemplos de resultados muy eficaces y confiables originados por la interacción de una cantidad de eventos impredecibles. Considere que predecir el recorrido de una sola molécula en un gas es esencialmente imposible, pero predecir las propiedades de todo el gas –compuesto por la interacción de muchas moléculas caóticas– puede hacerse con seguridad por medio de las leyes de la termodinámica. Análogamente, no es posible predecir con seguridad los resultados de un proyecto o una compañía específica, pero las capacidades globales de las tecnologías de la información, compuestas de muchas actividades caóticas, aún así pueden anticipadas con seguridad por medio de lo que yo llamo “la ley de los retornos acelerados”.

¿Cuál será el impacto de estos desarrollos?
Uno es la extensión radical de la vida.

Suena interesante. ¿Y eso cómo funciona?
En el libro, hablo sobre tres grandes revoluciones superpuestas que nombro con las letras “GNR”, que significan genética, nanotecnología y robótica. Cada una va a proporcionar un incremento dramático en la longevidad humana, entre otros impactos profundos. Actualmente estamos en la primera etapa de la revolución genética, también llamada biotecnología. La biotecnología está proporcionando los medios para efectivamente cambiar los genes: no sólo bebés diseñados, sino baby boomers diseñados. También vamos a poder rejuvenecer todos los tejidos y órganos del cuerpo al transformar las células de la piel en versiones jóvenes de cualquier otro tipo de célula. Actualmente, nuevos desarrollos en medicamentos están dando pasos claves para combatir la arteriosclerosis (causa de enfermedades del corazón), la formación de tumores cancerígenos, y el proceso metabólico subyacente en las principales enfermedades y procesos de envejecimiento. La revolución de la biotecnología ya está en su primera etapa y llegará a su cúspide en la segunda década de este siglo, en ese momento ya tendremos la capacidad de superar las más grandes enfermedades y ralentizar dramáticamente el proceso de envejecimiento.
Eso nos llevará a la revolución de la nanotecnología, que llegará a su madurez en el 2020. Con la nanotecnología, podremos ir más allá de los límites de la biología, y reemplazar el actual “cuerpo humano versión 1.0” con una versión 2.0 dramáticamente actualizada, que proporcionará una extensión radical de la vida.

¿Y cómo lo haría?
La “killer app” de la nanotecnología son los “nanobots”, robots del tamaño de las células de la sangre que pueden viajar por el flujo sanguíneo destruyendo patógenos, removiendo desechos, corrigiendo errores de ADN, y reversando el proceso de envejecimiento.

¿Cuerpo humano versión 2.0?
Ya estamos en la primera etapa de expandir y reemplazar cada uno de nuestros órganos, incluso porciones de nuestros cerebros con implantes neuronales, las versiones más recientes que permiten que los pacientes descarguen actualizaciones de software a sus implantes neuronales desde afuera de sus cuerpos. En el libro, describo cómo cada uno de nuestros órganos finalmente será reemplazado. Por ejemplo, los nanobots pueden entregarle a nuestro flujo sanguíneo un conjunto óptimo de todos los nutrientes, hormonas y otras sustancias que necesitemos, al igual que remover toxinas y productos de desecho. El tracto gastrointestinal podría reservarse para placeres culinarios en vez de las tediosas funciones biológicas de proporcionar nutrientes. Después de todo, de alguna manera ya hemos separado la comunicación y los aspectos placenteros del sexo de su función biológica.

¿Y la tercera revolución?
La revolución de la robótica, que en realidad se refiere a IA “fuerte”, o sea, inteligencia artificial a nivel humano, que discutimos anteriormente. Tendremos tanto el hardware como el software para recrear inteligencia humana a finales del 2020. Podremos mejorar estos métodos y aprovechar la velocidad, las capacidades de memoria y de compartir conocimiento de las máquinas.
Finalmente podremos escanear todos los detalles sobresalientes de nuestros cerebros desde el interior, usando miles de millones de nanobots en los capilares. Entonces podremos hacer un respaldo de la información. Usando manufactura basada en nanotecnología, podremos recrear el cerebro, o mejor aún reintegrarlo en un sustrato computacional más capaz.

¿Eso qué significa?
Nuestros cerebros biológicos usan señalizaciones químicas que transmiten información a sólo cientos de pies por segundo. La electrónica ya es millones de veces más rápida. En el libro, muestro cómo una pulgada cúbica de circuitos de nanotubos sería cientos de millones de veces más poderosa que el cerebro humano. Así que tendremos medios más poderosos para ejemplificar nuestra inteligencia que las velocidades extremadamente lentas de nuestras conexiones interneuronales.
¿Así que simplemente vamos a reemplazar nuestros cerebros biológicos por circuitos?
Veo que esto empezará con nanobots en nuestros cuerpos y cerebros. Los nanobots nos mantendrán saludables, nos proporcionarán una inmersión total a la realidad virtual desde el interior del sistema nervioso, nos proporcionarán comunicación directa de cerebro a cerebro por medio de Internet, y por otro lado, una inteligencia humana enormemente expandida. Pero recuerde que la inteligencia no-biológica está duplicando su capacidad cada año, mientras que nuestra inteligencia biológica prácticamente está fija en capacidad. Mientras nos acercamos al 2030, la porción no-biológica de nuestra inteligencia predominará.

Traducción: Hernán Ortiz

[La segunda parte de la entrevista se publicará pronto]

Un ascensor a las estrellas

El ascensor espacial, imaginado por el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke en su novela de 1979, Fuentes del Paraíso, tiene todas las cualidades que uno esperaría de un excelente trabajo de ciencia ficción: un concepto arriesgado, muy imaginativo y a la vez realizable, que cambiaría la vida tal como la conocemos.

Imagínense por un momento al hombre entrando a un ascensor para salir de la atmósfera terrestre; las cuentas regresivas y los dolorosos e ineficientes viajes en cohetes son reemplazados por un sistema de cables más resistentes y livianos que cualquier fibra tejida hasta ahora (aproximadamente cuatro veces más resistentes que los nanotubos de carbono y 180 veces más resistentes que el acero), atados a la tierra y desapareciendo más allá de la atmósfera para acoplarse a una estación satelital en órbita geosincrónica por encima de la tierra. El ascensor se transportaría hacia arriba y hacia abajo de los cables de 36.000 kilómetros, requiriendo enormes avances en ingeniería que compañías y universidades japonesas están desarrollando colectivamente.

Según científicos entrevistados por The Times que están trabajando en este proyecto, el ascensor espacial podía tener cualquier tipo de cargamento: gente, enormes generadores que funcionan con energía solar o incluso barriles de desperdicios radioactivos. Finalmente, por fuera de la gravedad de la tierra no se requerirá mucha energía, tal vez 100 veces menos que lanzar un trasbordador espacial. Y así como en un viaje al extranjero, cualquiera podría viajar en ascensor hacia el espacio.

[Ilustración y fuente: The Times]

Descarga #6: “Rata” por James Patrick Kelly

“Durante mucho tiempo, ‘Rata’ fue mi cuento más famoso. Supongo que parte de su reputación surgió de cómo lo escribí. En 1984, me invitaron al primer Taller de Escritores Sycamore Hill que se realizó en la casa de Mark Van Name en Sycamore Road (Raleigh NC). Llevé el manuscrito terminado de Solsticio y otro sin nombre, un fragmento de cinco páginas de una historia extraña y oscura sobre un traficante de drogas primo de Stuart Little. El taller duró una semana y, si recuerdo bien, ‘Solsticio’ fue criticado el primer día. Entonces me di cuenta que si no dormía, no me bañaba y no comía mucho, tendría una oportunidad de terminar el segundo cuento. Trabajé muchas horas en el sótano de Mark y me las arreglé para subir a tiempo y llevar el manuscrito a la última sesión de críticas.

Les gustó.

A muchas otras personas parece que también les gustó. Ed Ferman lo compró para la edición de Junio de 1886 de Magazine of Fantasy and Science Fiction. Fue finalista del Hugo y el Nebula, aunque perdió ambos. Casi una década después, Ursula LeGuin me dio el gran honor de escoger “Rata” para incluirlo en el libro Norton de la Ciencia Ficción. Lo que pasa con “Rata” es que casi no recuerdo haberlo escrito. Cuando lo martillé estaba poseído y para acabar de ajustar sufría de privación de sueño. Parecía un sueño – sólo que cuando me desperté, estaba saliendo un manuscrito de verdad de la vieja impresora de matriz de puntos. Pero sí recuerdo por qué escribí ‘Rata’. En ese momento, había una disputa literaria entre dos grupos que se conocieron como cyberpunks y humanistas. Lo que pasó fue que un par de escritores/polémicos del cyberpunk decidieron agrupar a sus contemporáneos y empezar a llamarse por estos nombres – “humanista” era un insulto. Yo me negué a que me encasillaran en alguno de los bandos, así que escribí “Solsticio” y “Rata” como sátiras del punto de vista cyberpunk. Pero el chiste se me devolvió; mientras creaba estas historias, me dejé atrapar por el vigor del estilo cyberpunk. Aunque aún puedo leer la última frase de “Rata” como una crítica al héroe estándar cyberpunk, la historia se había salido de mi estrecha visión para seguir su propio camino.

No estoy completamente seguro de cómo ocurrió, pero me alegra que haya sido así.”

James Patrick Kelly sobre “Rata”

En la sexta sesión de Descarga, recibimos a los asistentes con música de fondo de la banda Koyi K Utho, un vaso de té pu-erh, y un volante con la radiografía de una rata que ilustraba el cuento de James Patrick Kelly que íbamos a leer: la historia de un roedor traficante de droga –un polvo tan poderoso que genera un estado de muerte en vida– que se mueve ágil y seguro por las calles de una Nueva York infestada de muertos drogadictos. El cuento, incluído en la antología “Obras Maestras” de Orson Scott Card, fue elegido para hablar del movimiento cyberpunk de los 80s.

Luego de la lectura, a alguien le pareció curioso que el protagonista de la historia fuera una “rata mala”, a diferencia de tantas “ratas buenas” que nos vende el cine y la televisión: dibujos animados como Stuart Little, Remy y Mickey. El protagonista era una especie de rata-humano-mula que cargaba cápsulas de droga en sus intestinos.

Rata había metido el polvo en cuatro cápsulas de plástico que luego se había tragado. A juzgar por el dolor que sentía en las costillas, estaban a punto de entrarle en el duodeno. Todavía quedaba tiempo de sobra. El tren bala llevaba casi dos horas atravesando el vacío del túnel TransAtlántico; pronto llegarían a Autoridad Portuaria/Koch. Lo de la aduana ya estaba arreglado, según el mariscal. Todo lo que Rata tenía que hacer era volver a su nido, cerrar la puerta inteligente una vez dentro y hacer correr la voz por sus redes protegidas. Tenía suficiente Amarillo Argelino para pulverizar al menos la mitad de los cerebelos del East Side. Si el negocio salía bien, sería lo suficientemente rico como para bañarse en Dom Perignon y secarse usando como toallas tapices de Gromaire. Otro pinchazo de dolor le recorrió el costado derecho. Instintivamente, su pata trasera salió del asiento y arañó el aire.

La historia nos llevó a hablar sobre el individualismo producido por la tecnología; un individualismo en el mundo “real” (edificios y unidades cerradas donde difícilmente se conoce al vecino, ascensores que generan interacciones forzadas e incómodas, salones de clase donde las interacciones son obligadas por los trabajos en grupo) constrastado con un colectivismo en el mundo “virtual” (comunidades virtuales, grupos de Facebook y Second Life, salas de chat en Lively). ¿Somos personas diferentes en ambos mundos? Alguien habló de una de esas experiencias Facebook de reencuentro fracasado con viejos compañeros del colegio: mientras en Facebook los perfiles mostraban personas divertidas, sociales y extrovertidas, en persona eran todo lo contrario. Alguien dijo que internet era más impersonal y podrías hacer parte de algo sin comprometerte: si no te gusta algo, te vas y no pasa nada. También hablamos sobre las tecnologías de los 80s que empezaron a hacernos más individualistas: el computador personal, los walkman, los juegos de video…

Y también salió a colación el tema de las drogas. Alguien mencionó las drogas virtuales y el público empezó a escuchar con atención. Drogas (como el i-Doser) que están basadas en la tecnología de binaural beats y se descargan por internet. Alguien del público las ensayó en su casa: las escuchó durante unos minutos y sintió los estados alterados de conciencia que le prometía el archivo. Un médico del público dijo que muy probablemente lo que sintió fue un leve mareo ocasionado por la estimulación de los oídos, órganos responsables del equilibrio del cuerpo. Otros no estaban de acuerdo con él y no podían negar los efectos que tenían audios como HemiSync para sincronizar las ondas cerebrales y estimular la adquisición de habilidades como sueños lúcidos, experiencias por fuera del cuerpo y visión remota.

Es algo que le hubiera evitado a Rata tantos problemas… 

[Fecha: 28 de Agosto, 2008]
[Fotos: Nicolás Peñaloza]

James Patrick Kelly nació en Mineola, New York en 1951. Es un escritor de ciencia ficción ganador de dos Premios Hugo y un Premio Nébula. Enseña y participa frecuentemente en talleres de ciencia ficción como el aclamado Clarion y el Taller de Escritores Sycamore Hill. Ha sido miembro del New Hampshire State Council on the Arts desde 1998 y presidente del consejo en 2004. Sus cuentos han sido traducidos a dieciséis idiomas y ha coeditado con el escritor John Kessel dos antologías importantes para entender dos nuevos subgéneros que surgen en la literatura: “Feeling Very Strange: The Slipstream Anthology” y “Rewired: The Post-Cyberpunk Anthology”.

Tatuaje láser para uñas y piel

Es común que todas las uñas estén pintadas del mismo color, pero, ¿qué tal si se añaden texturas e imágenes? Se podrían tatuar logos, amuletos de la suerte u obras de arte en las uñas. Hay instrucciones para hacerlo usando una máquina industrial de grabado láser, que es una especie de fotocopiadora con la que se imprimen diseños en superficies como la madera y el metal… y últimamente (en el mundo underground) en superficies como las uñas y la piel. Sin embargo, hay que tener cuidado con la técnica: aunque funciona, no son conocidos los efectos que pueda tener en la piel. La máquina normalmente tiene un mecanismo de seguridad para no operar mientras está abierta, pero ya lo han vulnerado (como sucede con la mayoría de estos “mecanismos de seguridad”). Las instrucciones están aquí.

Este es el tipo que se tatuó con láser las uñas:

Y este el que se tatuó con láser la piel:

[Fuente: Beyond the Beyond, Instructables.com]

Descarga #5: “Daisy al Sol” por Connie Willis

La historia de Mike Resnick de la sesión anterior me hizo preocupar por la vejez. Y esta sesión la historia de Connie Willis me hizo preocupar por la vejez del sol. O mejor aún, por el Apocalipsis que ocasionará el sol cuando, antes de cumplir los diez mil millones de años, se caliente y se vuelva miles de veces más brillante, evapore nuestros océanos, derrita la superficie de nuestro planeta y haga que la vida en la Tierra sea imposible. Faltan cinco mil millones de años aproximadamente para que eso ocurra, pero si pasara ahora sería un fenómeno que asustaría a cualquiera. Bueno, a cualquiera menos a Daisy, la protagonista del cuento que leímos en la quinta sesión de Descarga.

Con música de fondo de Flaming Lips, experimentamos por medio de los ojos de Daisy una visión pre y post apocalíptica de un mundo donde el sol se convierte en nova y amenaza la supervivencia de la especie humana. ¿Pero por qué el sol no se había hinchado, ni se había tragado a la Tierra? Tal vez todos estaban equivocados. Tal vez el sol simplemente se había apagado y era la razón por la que caía una nieve cenicienta todo el tiempo. Pero si esto era verdad, la tierra debería estar congelada y… ¿por qué no hacía frío? Daisy no sabía qué pasaba con el sol, pero no le tenía miedo.

—Ha habido cambios en el Sol —dijo su padre—. Ha habido más tormentas solares, demasiadas. Y el Sol libera una cantidad anormal de neutrinos. Son señales de que estallará…
—¿En cuánto tiempo? —preguntó la madre.
—Un año. Cinco años a lo sumo. No se sabe.
—¡Tenemos que impedirlo! —gritó la madre de Daisy, y desde su lugar Daisy levantó la mirada al sol, asombrada por el miedo de su madre.
—No podemos hacer nada —dijo el padre—. Ya ha comenzado.
—No lo permitiré —replicó su madre—. No a mis hijos. No permitiré que suceda. No a mi Daisy. Siempre ha amado el sol.
Al escuchar las palabras de su madre, Daisy recordó algo. Una vieja fotografía, y la inscripción escrita por su madre con tinta blanca en la parte inferior. Era la fotografía de una niñita con traje de baño amarillo, con el pecho plano y el estómago protuberante típico de la edad. Tenía el balde y la pala, y los dedos de los pies hundidos en la arena caliente, entrecerrando los ojos por el resplandor del Sol. Y su madre había escrito en la parte inferior de la foto: “Daisy, al sol”.
El padre le había tomado la mano a la madre y seguía reteniéndola. Había pasado el brazo sobre los hombros de su hermano. Tenían las cabezas bajas, preparadas para el golpe, como si pensaran que iba a caerles encima una bomba.
Daisy pensó: Todos nosotros, dentro de un año o tal vez cinco, seguramente cinco a lo sumo, todos nosotros otra vez niños, calientes y felices, al sol. No lograba tener miedo.

Daisy no lograba tener miedo del sol, pero sí de ella misma. Daisy tenía miedo de crecer.

Era ella misma, que trataba de aplastarse los senos contra el pecho después de que su madre le había dicho que estaba creciendo, que necesitaría usar sujetador. Había tratado de volver a convertirse en la niñita que había sido antes, pero aunque los apretaba con la palma de las manos, seguían estando ahí. Una barrera, imposible de atravesar.

Daisy tenía miedo de crecer, de lo que podían hacerle los hombres, de la menstruación. Su familia le tenía miedo al sol. El hermano, asustado, leía compulsivamente libros sobre el sol. La mamá evitaba el contacto con los neutrinos emitidos por el sol. La abuela buscaba hacer cortinas desesperadamente para tapar la luz del sol. “¿Valdría la pena esconderse del Apocalipsis?” se preguntó uno de los asistentes. Alguien respondió: “Sería absurdo, uno igualmente se va a morir”, y otro dijo: “No, pero miren a la abuela. Ella ponía las cortinas porque eso la hacía sentir útil. Era su forma de hacer algo por evitarlo. La hacía sentir mejor. Era algo psicológico”.

El Apocalipsis puede ser un proceso de liberación de miedos. Más que algo que sucede por fuera, puede ser una forma de inducir cambios internos, una preparación para pasar a otra experiencia y cerrar un ciclo. Es lo que parecía sugerir Daisy…

“¿Pero ustedes que harían en ese caso?” preguntó alguien. Y no hubo más que silencio en la sala.

[Fecha: 21 de Agosto, 2008]

[Fotos: Nicolás Peñaloza]


Connie Willis nació en Denver, Colorado, en 1945. Es una reconocida escritora de ciencia ficción, autora de la novela El libro del día del Juicio Final (ganadora del premio Hugo y Nebula como Mejor Novela de Ciencia Ficción), Los sueños de Lincoln (ganadora del Premio John W. Campbell por Mejor Novela de Ciencia Ficción), Por no mencionar al perro (ganadora del Premio Hugo por Mejor Novela), entre otras novelas y cuentos. Es reconocida como una de las autoras más galardonadas del género: de hecho la semana pasada ganó por décima vez el Premio Hugo con su novella “All Seated on The Ground”. También ha ganado seis veces el Premio Nebula, otros cuantos premios en España e Italia y fue nombrada Mejor Escritor de Ciencia Ficción de los Noventas por la revista LOCUS.
Se describe a sí misma como “político-adicta, adora las películas, House, The Office, Spider-man, P.G. Wodehouse, Shakespeare, Dorothy Parker, el chocolate, y Harrison Ford, no necesariamente en ese orden.”
Fue a la Univerisidad de Northern Colorado, donde recibió un B.A con una doble especialización en Inglés y docencia en primaria. Está casada con Courtney Willis, un profesor de física de esa misma universidad, y tienen una hija, Cordelia, que es científica forense.
Además de escribir, Connie Willis ha enseñado en una cantidad de talleres de escritores como el de SUNY Brockport y el prestigioso Clarion, en Michigan y Seattle. En 1980 tomó la decisión de escribir tiempo completo, y ese mismo año obtuvo su primera nominación al Premio Hugo por “Daisy al sol”, cuento que leímos en la quinta sesión de Descarga Fractal.

El demonio que me obligó a decir la verdad (Reseña de Pandemonium)

The Truth tiene el hábito de matar a los mentirosos con una pistola calibre .45. Llevo un mes tan metido en el mundo de Pandemonium que me siento obligado a decir la verdad. Y esta es mi confesión: Pandemonium, la primera novela del escritor Daryl Gregory (quién participó en Agua/Cero con “Segunda Persona, Tiempo Presente”) es lo mejor que he leído este año.

Por medio de Del Pierce, un narrador en primera persona impecablemente construido, Daryl cuestiona el sentido del yo, esta vez no con pastillas Zen sino con posesiones demoníacas. Del fue poseído desde los cinco años y parece que el demonio se quedó atrapado en su interior. Del siente que le rasgan el cerebro constantemente, que alguien toca la puerta de su cráneo queriendo salir y no puede irse a dormir sin amarrarse con cadenas a la cama. Las drogas que le recetó el psiquiatra no le funcionaron, así que se la pasa buscando desesperadamente una cura, la que llegue primero: operación o exorcismo.

Pandemonium es un mundo igual a este –con internet wireless, Audis con GPS y servidores web con errores de seguridad– pero en el que las posesiones demoniacas son fenómenos cotidianos. Aunque las posesiones no sean exactamente “demoniacas”: The Captain, Smokestack Johny, The Little Angel, The Kamikaze, Boy Marvel, The Truth, The Hellion y Valis (un demonio que posee al escritor Philip K. Dick) puede que sólo existan en la mente de personas con desórdenes de personalidad múltiple, personas que fingen las posesiones para forzar la existencia de un ser superior, o que simplemente son psicóticas. Pero también puede que sean arquetipos Jungianos del inconsciente colectivo, creados cuando alguien expresó libremente una fantasía creativa (el 80% de los psicoterapeutas del mundo de la novela son Jungianos), posibilidad sugerida por los eventos extraordinarios: gente que, poseída, adquiere habilidades nuevas — pilotear un avión, abrir una caja fuerte, hablar una lengua muerta, y gente que, poseída, adquiere una inusual fuerza física.

Razón por la cual, en caso de posesión, los endemoniados no se pueden interrumpir. Si los obstruyen, se pueden enojar, saltar sobre alguien más (como un policía con una pistola) y empezar a lastimar a la gente. Mejor dejarlos hacer lo que tengan que hacer hasta que se agoten. Tal vez esos fragmentos de personalides, esos arquetipos, tengan un mensaje oculto. Y su propósito sea comunicarlo a como dé lugar.

A Pandemonium se le deslizan las etiquetas, como sucede con las novelas de Thomas Pynchon. Pero puede decirse que mezcla la fantasía oscura de H.P. Lovecraft, la fantasía urbana de Neil Gaiman, la ciencia ficción de Philip K. Dick y A.E. Van Vogt, el slipstream y el thriller paranormal, con un estilo muy personal del autor. El resultado explosivo es una historia que captura esa sensación caótica, esa sobrecarga de información, esa disonancia cognitiva característica del siglo XXI.

En Pandemonium, al igual que en “Segunda Persona, Tiempo Presente”, se aprecian las obsesiones de Daryl por las ciencias cognitivas, las relaciones familiares y la búsqueda de la identidad. Hay capítulos de “demonología” con historias de cada arquetipo, y referencias a la cultura pop, la ciencia ficción y los comics. Confieso que algunos párrafos me hicieron reír y otros me aterrorizaron (hasta el punto de tener que poner libros encima de Pandemonium antes de acostarme), y cada capítulo me incitó a leer el otro. Si me detuve en algún párrafo fue para admirar la escritura de Daryl, su destreza narrativa capaz de darle forma a un personaje tan honesto y tan creíble como Del, uno de esos personajes que te involucran emocionalmente, que hacen que su experiencia termine siendo tu experiencia, y que terminan rompiéndote el corazón.

Aún sigo vivo: la verdad y nada más que la verdad.

¿Qué ha pasado con el LHC?

El Large Hadron Collider está funcionando. Los protones han realizado dos vueltas completas en el acelerador de partículas más poderoso del mundo, y los científicos del CERN se ven en las fotos con caras sonrientes y aplaudiendo, una celebración estilo Apolo 11. Tienen motivos: no sólo por haber iniciado el experimento de mayor magnitud en la historia de la física moderna (Brian Cox, un físico del equipo del LHC dijo: “es como ir a Marte. Sabes que te vas a encontrar algo nuevo, porque estás viajando a un lugar al que nadie ha ido jamás”), sino porque han superado las expectativas de lo que tenían previsto para hoy (¡las partículas circularon sin problemas en una dirección del túnel, y luego en la otra dirección!).

Desde el inicio, desde que esta mañana enviaron por el gigantesco túnel de 27 kilómetros el primer haz de protones a 99.9998% la velocidad de la luz en sentido de las manecillas del reloj durante una hora, los científicos gritaban de alegría en la Sala de Control. Robert Aymar, el director general de CERN, dijo: “Hoy es un gran día para el CERN y para la ciencia. ¡Bravo a todos los que lo han hecho posible!”.

El segundo haz de protones se envió en sentido contrario a las manecillas del reloj. Se demoró el doble; tuvieron que detener las partículas para enfriar unos imanes que se habían calentado demasiado (aunque considerando que para arrancar el LHC hubo una espera de un año y medio mientras lograban los 271 grados bajo 0 que se necesitaban, esperar una hora no es nada).

En resumen: a energía débil, y no a la vez, lograron que circularan las partículas en ambas direcciones del túnel. El próximo paso, que podría tardar varias semanas, es acelerar dos haces de protones en direcciones opuestas a una energía completa de 7 TeV (teraelectrovoltios), y colisionarlos. [Fuentes: TimesOnline, NewScientist, elmundo.es] [Imagen: Wired.com – This Machine is the Future of Physics]

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En Proyecto Líquido, queremos agradecerle a John Idárraga por la videoconferencia que presentó el pasado lunes en el Parque Explora. John, que además de buen físico es un gran divulgador, será el principal responsable de que muchos de los jóvenes presentes en el evento resulten estudiando física. Fue una charla informativa, motivadora y muy entretenida. ¡Le deseamos mucha suerte con el Proyecto ATLAS!

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¿Alguien sabe algo del bosón de Higgs? Si en las reuniones sociales está saliendo a colación el tema de las partículas subatómicas y el LHC, ¡no te avergüences! Puedes entrenarte al respecto con el artículo “Esas maravillosas partículas” (que encontré via pjorge.com). Está muy bien explicado, lee este extracto:

El espacio del Universo, según las ecuaciones establecidas por Higgs, es algo así como un campo de hierba alta. Esta “hierba alta” existe en todos y cada uno de sus puntos, y es la “representación mental” del campo de Higgs. Todas las hojas de hierba están dirigidas en la misma dirección, sólo que esta “dirección” no es realmente una dirección en el espacio, sino una dirección conceptual. Digamos, para seguir con nuestra analogía, que la dirección en la que crece esta hierba es “hacia arriba”.
De acuerdo con la mecánica cuántica, no existe distinción entre ondas y partículas: toda onda es partícula y toda partícula es onda. La cuestión es que cada una de las ondas asociadas a las partículas oscilan en una dirección determinada. Una vez más, esta “dirección” no es una dirección física en el espacio tridimensional que vemos, es una “dirección” en ese espacio conceptual que hemos definido antes. Distintos tipos de partículas tienen ondas que oscilan en diferentes direcciones en este espacio imaginario.
Y aquí llega la clave de la cuestión — si la entiendes, comprendes la enorme importancia de este campo de Higgs (si existe, claro): Las partículas cuyas ondas asociadas oscilan en la misma dirección que las “hojas de hierba” pasan a través de la hierba sin notarla en absoluto.
Esas partículas se mueven a la máxima velocidad posible: la velocidad de la luz. De acuerdo con la teoría de Higgs, nosotros llamamos a esas partículas “partículas sin masa”. Dicho en términos algo más técnicos, esas partículas no interaccionan con el campo de Higgs, de modo que no lo notan. Es decir, el fotón (por ejemplo) oscila “hacia arriba”, la dirección de la hierba, de modo que se mueve a la velocidad de la luz y no tiene masa.
Otras partículas tienen ondas que oscilan casi en la dirección de la hierba, pero cuando se mueven tienen que apartar algunas de las hojas de hierba (aunque no muchas) al estar ligeramente inclinadas. Al hacerlo, reducen su velocidad: les cuesta más moverse a través del “campo de hierba” que a las partículas anteriores, aunque no mucho más. Estas partículas son las que, en nuestro lenguaje, “tienen poca masa”. Observa cómo, en términos del campo de Higgs, estas partículas tienen masa como consecuencia de interaccionar con el campo de Higgs. Como consecuencia adicional, no pueden moverse a la velocidad de la luz: la hierba se lo impide.
Finalmente, una partícula con mucha masa tiene una onda que oscila en una dirección casi perpendicular a la de las hojas de hierba: al moverse por el espacio, debe apartar casi todas las hojas de la hierba, de modo que (vista “desde fuera”) es una partícula con mucha masa. Lo crucial del asunto es que la “masa” de todas las partículas conocidas es el nombre que damos a la intensidad de su interacción con el campo de Higgs. El propio concepto de “masa” es una forma de referirnos a algo más profundo y fundamental: la interacción mayor o menor de cada partícula con el campo de Higgs.

Los enlaces directos son: el bosón de Higgs, el electrón, el positrón, el protón, los quarks, el neutrón, el fotón, el neutrino, el muón, el tauón, los bosones W y Z, el pión, el kaón, los hiperones, el gluón, el gravitón, la radiación de Cherenkov, los bosones X e Y, la materia oscura, los WIMPs.

Y luego de aprender qué es qué, ¿qué tal comprar una partícula subatómica? Estoy encantado con el slogan de la empresa que las vende: The Particle Zoo: cosiendo la tela del universo.

Por último, en la columna Teclado Móvil de la periodista Lina Aguirre me enteré del siguiente video de rap del LHC. Muy divertido. Muy divulgativo. Muy pegajoso.

Bueno, ahora sí. Hasta la colisión.

LHC: Rastreando el Origen del Universo (Videoconferencia con John Idárraga)

El próximo lunes 8 de Septiembre a las 10.00 AM se realizará la videoconferencia “Rastreando el Origen del Universo” organizada por el Parque Explora y Proyecto Líquido con el físico colombiano John Idárraga, quien hablará desde Ginebra sobre el Large Hadron Collider.

El evento se realizará en Medellín (Parque Explora) a las 10.00 AM y está abierto a todo el público.

Antes de ir, es recomendable ver los videos introductorios publicados en el sitio web de ATLAS, uno de los seis experimentos del LHC, y leer el artículo escrito por John Idárraga publicado en este blog.

Cómo hacer una impresora 3D con Legos

Si tienes LEGO, sabes programarlo y tienes mucho tiempo libre, eres el candidato perfecto para hacer lo que más se acerca con la tecnología actual al famoso replicador de Star Trek: una impresora 3D. Sólo tienes que seguir las instrucciones (que están en inglés, y no incluyen el software controlador) posteadas por “Gene Hacker” en el sitio instructables.com para unirte a la revolución de la manufactura rápida. El autor dice que el resultado es una impresora 3D polar:

Probablemente estás pensando a qué me refiero con impresora 3D polar. ¿Es una impresora 3D que sólo funciona en las regiones polares? Una impresora polar es una impresora cuyos ejes principales, o cómo se puede mover, son radio (adentro y afuera) y ángulo (en dirección a las manecillas del reloj, en contra de las manecillas del reloj), a diferencia de una impresora Cartesiana cuyos ejes principales son X(izquierda/derecha), Y(arriba/abajo). En otras palabras, se mueve como un sistema de coordenadas polares.
¿Entonces por qué hice una impresora polar 3D en vez de una impresora Cartesiana?
1. No tenía suficientes Legos para construir una impresora Cartesiana.
2. Espero añadirle un escáner laser 3D para que pueda escanear objetos y enviarlos a otra impresora en algún lugar del mundo. Haciendo una especie de teletransportador.

[Fuente: Beyond the Beyond]


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HERNÁN ORTIZ. Co-fundador de encuentro Fractal y Proyecto Líquido. Trabajo con historias. E-mail: hernan (arroba) proyectoliquido.net
Twitter: @hernanpl

AGUA/CERO: una antología de Proyecto Líquido



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