Descarga Fractal #2: “The Awakening”, Masters of Science Fiction

The Awakening, segundo episodio de la serie Masters of Science Fiction del canal ABC, presentada por Stephen Hawking. La música de fondo estuvo a cargo de los mexicanos Austin TV y su album Fontana Bella.

La historia generó diversas reacciones. Por un lado, algunos asistentes criticaron los elementos recurrentes en la ciencia ficción para cine y televisión que se incluyen en este episodio: el presidente de los Estados Unidos, los científicos tipo Mulder y Scully, una astrofísica bonita. Y se generó la pregunta: ¿la ciencia ficción puede seguir siendo entretenida para el gran público sin estos elementos? Otra pregunta surgió por el lado metafísico: ¿puede llegar el día en que los hombres descubran que no hay diferencias entre ellos y se unan como civilización? La mitad de los asistentes estaba convencida que ese día nunca iba a llegar, que el hombre era violento y territorial por naturaleza, como lo demostraba la historia. La otra mitad estaba convencida que ese día sí podía llegar, y no dieron argumentos lógicos, pero hablaron desde la intuición, un argumento válido, considerando la historia que habíamos visto.

[Fecha: 24 de Julio, 2008]
[Foto: Nicolás Peñaloza]

Engineers’ Dreams: Google adquiere conciencia

La familia Dyson es muy famosa.

El abuelo, Sir George Dyson, fue un conocido músico y compositor inglés. El papá, Freeman Dyson, es un reconocido físico teórico y matemático que ha hecho aportes en el área de la mecánica cuántica, la física del estado sólido, la ingeniería nuclear, y ha sido la inspiración de muchos escritores de ciencia ficción de la nueva space opera. La hija, Esther Dyson, es una muy hábil y exitosa empresaria, periodista, filántropa y comentarista de tecnología digital. Y el hijo, George Dyson, es un historiador científico.

Esta nota se refiere al hijo, George Dyson. Y a Google.

George Dyson escribió una ficción especulativa sobre Google. Sobre cómo Google adquiere conciencia y podría convertirse en la primera inteligencia artificial real. En la introducción al texto, Steward Bran explicó que la historia era demasiado técnica para publicarse en una revista de ciencia ficción y demasiado especulativa para publicarse en una publicación técnica (incluida Wired). Por eso fue publicada en The Edge, un newsletter independiente sin ánimo de lucro en el que participan algunas de las mentes más brillantes del mundo de la ciencia y tecnología (Bill Gates se refirió a The Edge como una publicación “inteligente y casi siempre sorprendente… que me recuerda lo maravilloso que es nuestro mundo”). El resto de la introducción que hace el señor Bran a esta historia merece una traducción:

¿Cómo se llega a un nuevo entendimiento? El ensayo o paper estándar permite un argumento discursivo, decorado con analogías, con el fin de persuadir al lector para que llegue a un nueva comprensión.  Lo mismo se puede lograr –tal vez más agradablemente, tal vez más persuasivamente– con una pieza de ficción, que muestre qué llevaría a un personaje a lograr el nuevo entendimiento. ¡Que nos cuenten una historia!

George Dyson ya había publicado entretenidas y meticulosas investigaciones históricas sobre proyectos científicos secretos del gobierno en el siglo XX. Y ahora está interesado en el siglo XXI. Y su primer intento es esta historia de ciencia ficción dura, relevante, creíble, donde explica cómo la primera inteligencia artificial va a llegar por medio de los algoritmos de búsqueda y el contenido generado por usuarios.

Cito y traduzco un párrafo de la historia:

Cuando Ed examinó el tráfico, se dio cuenta que Google estaba haciendo más que mapear el universo digital. Google no sólo enlaza o apunta a datos. Se mueve alrededor. Los datos que frecuentemente se asocian a peticiones de búsqueda son replicados localmente — estableciendo proximidad física en el universo real, que se manifiesta computacionalmente como proximidad en el tiempo. Google era más que un mapa. Google se estaba convirtiendo en algo más.

[Imagen: Modern LIfe is Rubbish]
[Fuente: io9 y Beyond the Beyond

Apocalipsis forzado del género

Hemos leído un reportaje que fue portada del suplemento Babelia del diario El País de España, titulado “Una galaxia que se apaga”, escrito por el periodista Jacinto Antón, y cuya fuente única es el reconocido editor de la colección NOVA (dedicada a la ciencia ficción) de Ediciones B, Miquel Barceló. Dicho reportaje es, en realidad, un artículo de opinión a dos voces en el que abundan contradicciones y generalizaciones; no es fácil expresar nuestra posición frente a dicho artículo debido a que sus argumentos no constituyen una tesis sólida.

El artículo parece considerar que el único papel de la ciencia ficción, como en la prospectiva, es anticipar o predecir el futuro. En portada dice: “el futuro mata a la ciencia ficción”, “la realidad deja sin argumentos a la literatura de anticipación”, afirmación que nos parece equívoca y sensacionalista: el hecho de que ahora existan tecnologías que antes eran de ciencia ficción sólo demuestra la importancia del género para influir en la realidad.

Adicionalmente, aquí, en Proyecto Líquido, nos identificamos con Arthur C. Clarke cuando decía que el objetivo de sus historias era entretener al lector y, si es posible, estimular su imaginación. Creemos que el papel de la ciencia y la tecnología en la ciencia ficción es crear escenarios extraordinarios, y que la intención de sus escritores no es necesariamente predecir el futuro sino explorar al ser humano cuando cambian las características de su entorno. En Estados Unidos suelen usar el término “ficción especulativa” para referirse tanto a la ciencia ficción como a la fantasía, y en Italia usan la palabra “fantascienza” para el mismo fin. Muchos escritores exploran ambas facetas, elijen una u otra según lo que quieran lograr con la historia. Pero en español la ciencia ficción y la fantasía se ven como dos géneros rivales, y esto sólo logra separar lectores, confundirlos o aislarlos completamente del género. Todo cabe dentro de la gran categoría de ficción especulativa. No importa a qué subgénero pertenezca: post-cyberpunk, slipstream, bizarro, mundane, realismo mágico, new weird, interstitial, o technothriller, finalmente en su naturaleza hacen parte de lo mismo.

El artículo también sugiere que los jóvenes ya no leen ciencia ficción debido a “productos específicos” como Harry Potter. Esto nos pareció más extraño aún: nosotros trabajamos con niños y jóvenes y notamos exactamente lo contrario. Las historias que ellos escriben o narran son de ciencia ficción, y en sus lecturas disfrutan por igual “Harry Potter”, “Jumper” (el libro), o los cuentos de Ray Bradbury; en general ficción especulativa.

[Foto: © Zingaro. I’am a gipsy too, en Flickr]

Descarga Fractal #1: “Día Millón” de Frederik Pohl

“I’m pleased to know that they’ll be reading and discussing “Day Million” (which is my favorite of all my short stories) and I’ll be looking forward to the comments and pictures.”

– Frederik Pohl

El pasado Jueves 17 de Julio a las 6.15 PM, en la primera sesión de Descarga Fractal, leímos el cuento Día Millón de Frederik Pohl.

Frederik Pohl supo de la actividad por medio de su esposa, Elizabeth Hull, y tuvo la gentileza de enviarnos una nota: “Me alegra saber que estarán leyendo y discutiendo ‘Día Millón’ (que es mi historia favorita de las que he escrito) y estaré esperando los comentarios y fotos”.

Recibimos a los asistentes con música de The Postal Service, un sutil olor a verbena, y una presentación de Proyecto Líquido. Luego presentamos a Frederik Pohl:

Frederik Pohl nació en 1912. Como fan, poeta, crítico, agente literario, profesor, editor de libros y revistas, y principalmente, escritor… Pohl ha explorado la ciencia ficción desde todos los ángulos posibles. El novelista Kingsley Amis lo llamó “el escritor moderno más consistentemente hábil que la ciencia ficción ha producido” y según la crítica literaria está entre los mejores escritores del género. Ha sido presidente del World SF y del Science Fiction Writers of America, y ha ganado todos los premios que puede otorgar la ciencia ficción, entre ellos el Nebula (que ganó tres veces, una de ellas como “Gran Maestro” por la totalidad de sus obras), el Hugo (que ganó seis veces, por su trabajo de escritura y edición) y el John W. Campbell (que ganó dos veces), y ha gando premios por fuera del mundo de la ciencia ficción como el American Book Award y el United Nations Society of Writers Award. Entre sus honores también está el haber sido elegido como socio en la Sociedad Interplanetaria de Inglaterra y en la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Co-escribió con su amigo de toda la vida, Isaac Asimov, un libro de no-ficción sobre los problemas del medio ambiente llamado La Ira de la Tierra, libro al que el recientemente fallecido escritor Arthur C. Clarke se refirió como “tal vez el libro más importante que ambos autores han producido”. Muchos de los trabajos de Frederik Pohl, empezando por Mercaderes del Espacio, han sido adaptados a radio, televisión y películas. En Europa muchas de sus historias han sido televisadas por la BBC y su famosa novela “La Plaga de Midas” fue un especial de tres horas en la televisión alemana. La película de NBC de 1981, “The Clonemaster” fue inspirada en una de sus historias, su novelette “El túnel bajo el mundo” fue adaptada al cine en Italia, y sus novelas Homo Plus y Pórtico están siendo adaptadas al cine en Estados Unidos (incluso de esta última han salido dos juegos de video). Entre sus novelas traducidas al español están: Mercaderes del Espacio, La Llegada de los Gatos Cuánticos, Los años de la Ciudad y Pórtico. Y entre sus relatos más recordados está El Túnel Bajo el Mundo y Día Millón, cuento con el que iniciamos Descarga esta Historia.

Día Millón” es una de las obras maestras del género: corta, efectiva, divertida y provocadora, justo la historia que necesitábamos para capturar la atención del público.  Empieza así:

En ese día del que quiero hablar, que llegará de aquí a unos mil años, había un chico, una chica y una historia de amor.
Pues bien, aunque he dicho muy poco hasta ahora, nada de lo que he dicho es verdad. El muchacho no era lo que tú y yo entenderíamos normalmente por un muchacho, porque tenía ciento ochenta y siete años.  Ni la chica una chica, por otras razones. Y la historia de amor no entrañaba esa sublimación del impulso de violar, y el concurrente aplazamiento del instinto de someterse, o lo que en la actualidad entendemos como tal. Poco sacarías de esta historia si no conocieras estos hechos desde el principio. Por el contrario, si los tienes en cuenta, estoy seguro que la encontrarás llena de risas, lágrimas y agudos sentimientos que pueden, o no, pueden, merecer la pena. La razón por la que esta chica no era una chica es que era un chico.

Y generó debate: relacionamos el concepto platónico del “amor” con la anécdota de los análogos matemáticos que comparten los personajes de la historia en su matrimonio. Debatimos la razón de ser de la ciencia ficción en el mundo contemporáneo, ¿qué tan relevante es?. Hablamos sobre el progreso exponencial (probablemente no estamos tan lejos de algunos de los planteamientos de la historia) y sobre la realidad de este progreso en países o regiones con otra cultura y economía.  Observamos algunos aspectos del relato: el tono sarcástico del narrador, su conocimiento sobre el presente y su narración del futuro en pasado. Y hablamos sobre la creación de un nuevo cuerpo que se adapte a los cambios científicos y tecnológicos, como le sucede a la protagonista de la historia:

Las grasas de su cuerpo están poliinsaturadas como las de los productos Crisco. Sus residuos se hemodializan mientras duerme, lo que significa que no tiene que ir al baño a hacer sus necesidades. Puede, a voluntad, para entretenerse, disponer por media hora de más energía que toda la nación portuguesa actualmente, y utilizarla para lanzar un satélite de fin de semana o para modificar un cráter en la Luna. Ama mucho a Don. Tiene todos sus gestos, sus ademanes, el tacto de su mano, la emoción del contacto, la pasión del beso, almacenados en forma simbólico-matemática. Y cuando lo desea lo único que tiene que hacer es poner en funcionamiento la máquina y ahí lo tiene.

Fue, en general, un debate único y enriquecedor. Y continúa este jueves, con una nueva historia en el Aula de Audición Musical de la Universidad EAFIT a las 6.15 PM.

[Fecha: 17 de Julio, 2008]
[Fotos: Nicolás Peñaloza]

Presentación de Proyecto Líquido, Descarga Fractal #1

Antes de empezar, una breve presentación: somos el equipo Proyecto Líquido, trabajamos desde Medellín y estamos dedicados a la ciencia ficción y a la literatura fantástica. Hace poco publicamos nuestro primer libro Agua/Cero, una colección de cuentos que exploran, entre otros temas, la ingeniería genética, las modificaciones corporales, la teoría de la relatividad y la computación ubicua. También estamos organizando para el año entrante FRACTAL ’09, un encuentro internacional de Ciencia Ficción, Literatura Fantástica y Nuevas Tecnologías.

Proyecto Líquido usa la ciencia ficción como herramienta para divulgar ideas científicas y tecnológicas, para explorar posibles consecuencias sociales de tecnologías que ya se usan o que están en proceso de desarrollo, para conocer el léxico del futuro e inspirar a los más jóvenes. Uno puede mirar hacia atrás y notar cómo la ciencia ficción ha influenciado grandes desarrollos tecnológicos. Como ejemplo está Tim Bernand Lee, quien creó la World Wide Web inspirado en el cuento de ciencia ficción Marque F de Frankenstein, escrito por Arthur C. Clarke. William Gibson inventó el concepto de “ciberespacio” en su novela Neuromante y esta palabra ahora hace parte de nuestro léxico. Neal Stephenson inventó el concepto de “metaverso” en su novela Snow Crash e inspiró a los desarrolladores de Second Life, Entropia y, más recientemente, Lively de Google, mundos virtuales que revolucionan la forma en que los seres humanos interactúan a distancia. Y el escritor Robert Heinlein habló de la tecnología RFID, los teléfonos celulares, los brazos robóticos controlados remotamente, los hornos microondas, entre otras cosas, mucho antes de que fueran inventados. En el sitio web Technovelgy se muestran alrededor de 1500 ejemplos de este tipo.

Ciencia y tecnología cambiando al ser humano. La humanidad pasando de la capacidad de adaptarse para la supervivencia por medio de la selección natural de rasgos hereditarios a nuevos medios de adaptación y resolución de problemas –computación, redes, bases de datos–. Y ahora la humanidad superándose a sí misma. Científicos como Vernor Vinge y Ray Kurzweil especulan que dentro de 15 o 20 años vamos a crear o a convertirnos en seres más inteligentes que los humanos. Este momento significativo en la historia, que podrá ocurrir por medio de la inteligencia artificial, las interfaces humano/computador, o la modificación biológica del genoma humano, lo llaman la singularidad tecnológica, y según ellos será un fenómeno comparable al surgimiento de la inteligencia humana en el mundo biológico. La ciencia ficción contemporánea suele explorar esta singularidad, y sus extrapolaciones tratan de ver a través de ella.

Ver a través de las cosas. Uno de nuestros principales intereses es imaginar cómo los nuevos descubrimientos científicos retan nuestra comprensión del mundo. La física cuántica y la nanotecnología exploran el micromundo, lo que no se puede ver con los ojos pero que a su vez forma la sustancia de todas las cosas. Conceptos como el hiperespacio y la teoría de los universos múltiples cambian nuestras perspectivas de lo que consideramos real. Michio Kaku, físico teórico y divulgador científico de aspecto oriental que tal vez ustedes hayan visto en el Discovery Chanel, es un gran lector de ciencia ficción. En una reciente entrevista habló sobre el hiperespacio. Dijo: “de niño yo solía mirar durante horas el Jardín Japonés del Té, observando los peces carpa que nadan bajo las hojas de nenúfar, viviendo en un mundo de dos dimensiones. Sus ojos apuntan al lado, y sólo pueden visualizar dos dimensiones. Cualquier pez carpa científico se burlaría de la noción de una tercera dimensión, ya que el universo sólo sería lo que puede medirse, y el universo sólo sería el estanque. Entonces me imaginé que agarraba a este pez científico, y lo elevaba al hiperespacio, la tercera dimensión. ¿Qué vería? Vería seres moviéndose sin aletas: una nueva ley de la física. Seres respirando sin agua: una nueva ley de la biología. Bueno, hoy muchos físicos sienten que nosotros somos peces viviendo en 3 dimensiones, sin conciencia de que puede haber hasta 11 dimensiones en nuestro verdadero universo”. Y aquí es donde entra la ciencia ficción: su tarea es indagar sobre estas nuevas formas de ver el mundo, explorar las posibles consecuencias sociales que generan, y al mismo tiempo, entretener al lector.

La ciencia ficción más reciente habla sobre el llamado “futuro dentro de cinco minutos” y en sus historias usa tecnologías existentes o que están a punto de ser desarrolladas. Dos avances recientes que parecen sacados de una novela de ciencia ficción pertenecen a las áreas de la ingeniería genética y las redes informáticas. La noticia más importante en cuanto a ingeniería genética fue la primera modificación exitosa de un embrión humano realizada en la Universidad de Cornell. El fin era estudiar enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la fibrosis quística y el cáncer, pero la noticia desató protestas frente a un posible futuro donde la ciencia pueda diseñar bebés con rasgos modificables: el color de los ojos, la altura, la capacidad atlética, la inteligencia, y finalmente los científicos aseguraron que los bebés diseñados no estaban en sus planes. En cuanto a las redes informáticas La Oficina de Comunicaciones de Inglaterra planeó para el año entrante una red de sensores wireless Bluetooth implantados dentro del cuerpo de la gente para monitorear remotamente sus señales vitales y alertar automáticamente a los paramédicos en caso de un desmayo, colapso diabético o ataque al corazón. Drogas empacadas en botellas inteligentes le recuerdan al paciente cuándo tiene que tomarse las pastillas prescritas, y le envía alertas a los familiares en caso de no haberlo hecho. Avances en la tecnología GPS y wireless evitarán accidentes automovilísticos – sistemas inteligentes de transporte que permitirán que un auto sea consciente de otros autos y que envíe alertas cuando necesite frenar repentinamente, o si los dos autos ya están a punto de colisionar, hacerlo de manera automática… y en caso de que el choque inevitablemente ocurra, evitarán el problema de llamar al tránsito y al hospital: será inmediatamente reportado, y los paramédicos que llegarán al lugar del accidente podrán leer con pequeños computadores la historia clínica del paciente. Esto, sumado a la información en tiempo real sobre las congestiones de tráfico y cálculos automáticos de mejores rutas o medios de transporte para una ocasión específica, son ejemplos de las posibilidades creativas de tecnologías que usan el radioespectro y que están empezando a implementarse. La empresa Verichip empezó a comercializar implantes de chips con fines médicos. Y aquí, en Medellín, la tecnología de identificación por radiofrecuencia se está usando en hoteles, hospitales, y en el sistema de tarjetas Cívica del Metro.

Todo esto hace que cuestionemos el concepto de privacidad. Cuando todo el mundo puede saber tu información personal y tus gustos gastronómicos y tu ubicación geográfica y tu historia clínica y tus compras mensuales, el espacio privado empieza a desaparecer. Deja de tener sentido el concepto de espía y víctima, y entramos a un mundo que el científico y escritor de ciencia ficción David Brin define como La Sociedad Transparente. Una de las posibles sociedades que vivirá el ser humano del futuro.

Y esto no es fácil entenderlo. A partir de cierta edad se dificulta cambiar nuestra comprensión del mundo. Por eso la estimulación del hábito de lectura de ciencia ficción y generar una curiosidad por la ciencia y la tecnología es una responsabilidad que tienen los adultos con los niños. Escuchar sus ideas, motivarlos a que se expresen artística, creativa e intelectualmente les permitirá armonizarse con el presente y adaptarse al mañana. La “realidad” que ha vivido el país ya se ha reportado en libros, noticieros, películas y documentales. Es hora de mostrar otra realidad, entender el presente y pensar en las infinitas posibilidades del futuro; se están creando poderosas redes de comunicación que desvanecen los límites entre los países, y por lo menos en el ciberespacio empezamos a hacer parte de una comunidad global. El cambio es inevitable, y los niños a quienes dejaremos viviendo en este futuro tienen el derecho a saberlo.

[Leído en Descarga Fractal, 17 de Julio de 2008]
[Texto: Hernán Ortiz]

Hackers revolucionan el concepto de red social

HOPE (Hackers on Planet Earth) es un congreso de hackers y un grupo de trabajo que desarrolló un proyecto de redes sociales concientes-de-la-localización usando tecnología RFID. El proyecto Attendee Meta-Data (AMD) será usado este fin de semana para que los asistentes al congreso rastreen y se encuentren con otros hackers basados en una enorme lista de intereses similares. Quienes van a la conferencia podrán conectarse con gente nueva, encontrar las conferencias que más les interesa, ver qué pasa y dónde en tiempo real, y experimentar y conversar sobre la forma en que la tecnología RFID está cambiando el mundo.

Esta tecnología de redes sociales es igual a la que menciona el cuento “Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por Google” de Bruce Sterling, que se ubica en el año 2025.

En el sitio del congreso dice que:

A los asistentes se les dará una insignia que los identifica, permitiéndoles ser rastreados en el espacio de la conferencia. Se monitorea la localización exacta y los movimientos en tiempo real y se usa esta información para revolucionar el concepto de una red social. Los visitantes pueden “etiquetarse” basados en uno o varios intereses: hackers de la vieja escuela, expertos en seguridad de redes, criptógrafos, activistas políticos, geeks de leyes, lockpickers, ingenieros inversos, bloggers, defensores de la privacidad, etc, y así podrán encontrar y ser encontrados por otros asistentes con intereses similares. Estas mismas etiquetas son usadas para, por medio del sitio de AMD, destacar eventos y alertar a los visitantes de alguna conferencia que podrían estar perdiéndose (hay muchas conferencias a la vez). Los asistentes también pueden programarse de forma interactiva, seleccionar los eventos a los que quieren ir, y recibir alertas antes de que empiecen, así como visualizar la actividad en los pisos de la conferencia, ver las posiciones y los movimientos de la gente del Mezzanine en tiempo real (revelando la dinámica de un grupo masivo), identificar los hotspots y hacer clic en la conferencia para ver el evento actual, el conferencista y los asistentes.
La tecnología RFID ahora es ubicua. Las etiquetas RFID se usan para rastrear a la gente y a sus pertenencias, monitorear su comportamiento, pagar en grandes sistemas de tránsito, manejar el inventario de una tienda, entre otras cosas. El Proyecto AMD reta a los asistentes de HOPE a pensar en las formas en que se está usando esta tecnología y cómo está cambiando el mundo, para bien o para mal.

[fuentes: BoingBoing, The Last HOPE]

ADN como software, las enzimas como hardware

Pensar en el ADN como software y en las enzimas como hardware. Ambas unidas, generando reacciones. Es la idea general de la computación ADN — una forma de computación diferente a la tradicional basada en silicio: usa bioquímica, biología molecular y, por supuesto, ADN. Y al igual que la computación cuántica, busca reemplazar los ceros y unos tradicionales para codificar la información en función de estados que ocurren en la naturaleza: en computación cuántica se usa el spin de un electrón; en computación ADN, el estado de una molécula.

Se especula que la velocidad de un computador ADN estaría un millón de veces por encima de un supercomputador convencional, y que su capacidad de almacenamiento sería miles de millones de veces mayor.

Leí en un artículo publicado en Tendencias21 que un grupo de científicos japoneses han desarrollado el primer ADN artificial del mundo. Tiene la capacidad de hibridar espontáneamente, lo que configura una estructura molecular estable al calor. Antes se había logrado incorporar partes artificiales a la molécula natural, pero estos investigadores han conseguido crear una molécula entera, inusualmente estable, con una estructura que permite una doble hebra, similar a la del ADN natural, pudiendo además formar con facilidad una estructura con tres hebras . El artículo concluye diciendo que esta tecnología bioinformática haría posible los procesos de curación sin cirugía o una diagnosis clínica mucho más barata e infalible que puede parecer ciencia ficción.

[Imagen: © ISTOCKPHOTO/SEBASTIAN KAULITZKI]

J.G. Ballard: Autopsia del Nuevo Milenio

La gran atracción de este año en Kosmopolis, la Fiesta Internacional de Literatura celebrada en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, es el escritor inglés J.G. Ballard. No por su presencia en el evento (en un emotivo párrafo de su autobriografía publicada este año, Miracles of Life, el autor se despide del mundo revelando una enfermedad terminal que lo ata a su casa de Shepperton), sino por un monográfico del autor y por una muestra de su obra. El autor de novelas como Crash, El Imperio del Sol, Furia Feroz, y la recientemente publicada por Ediciones Minotauro, Bienvenidos a Metro-Centre, será homenajeado en la muestra Autopsia del Nuevo Milenio. Esta exposición, que empieza el 22 de Julio, será un recorrido a través del universo creativo de Ballard: su credo, los paisajes de sueño en sus obras, su teoría del espacio interior, el arte ballardiano (“ballardiano” es una palabra que existe en el diccionario de inglés Collins para referirse a las condiciones de modernidad distópica, paisajes desolados hechos por el hombre, y efectos psicológicos de los desarrollos sociales, ambientales o tecnológicos, descritas en las novelas y cuentos de J.G. Ballard), entre otros. Aquí se puede ver el PDF de la exposición.

Y en Octubre, Bajo el Signo de Ballard es una mesa redonda que contará con la presencia de Bruce Sterling (gran conocedor de la obra de Ballard), Tony Litt (que ha entrevistado a Ballard en persona) y V. Vale (fundador de RE/Search Publications, editorial que ha publicado cuatro libros sobre Ballard). Estos autores son una muestra de la calidad de los conferencistas de Kosmopolis, un evento que en ediciones anteriores contó con la participación de los escritores de ciencia ficción William Gibson, Pat Cadigan y Brian W. Aldiss.

Actualización: Un interesante reporte escrito por Rodrigo Fresán sobre el evento mencionado puede leerse aquí

Para quienes no conocen a J.G. Ballard traduzco a continuación su credo, publicado en 1984 en la revista francesa Science Fiction, en la británica Interzone y en RE/Search Publications. 

En lo que creo – J.G. Ballard
Creo en el poder de la imaginación para reconstruir el mundo, liberar la verdad que hay en nosotros, retrasar la noche, trascender la muerte, hechizar las autopistas, congraciarnos con los pájaros, conocer los secretos de los locos.
Creo en mis propias obsesiones, en la belleza de los choques de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de una playa turística desierta, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados.
Creo en las pistas de aterrizaje olvidadas de Wake Island, apuntando hacia los Pacíficos de nuestras imaginaciones.
Creo en la belleza misteriosa de Margaret Thatcher, en el arco de sus fosas nasales y el borde de su labio inferior; en la melancolía de los conscriptos argentinos heridos; en las sonrisas perturbadas de los empleados de las gasolineras; en mi sueño sobre Margaret Thatcher acariciada por ese joven soldado argentino en un motel olvidado, observados por un empleado tuberculoso de la gasolinera.
Creo en la belleza de todas las mujeres, en la traición de sus fantasías, tan cerca de mi corazón; en la unión de sus cuerpos desencantados con los rieles de cromo de las cajas del supermercado; en su cálida tolerancia a mis perversiones.
Creo en la muerte del mañana, en el agotamiento del tiempo, en nuestra búsqueda de un nuevo tiempo entre las sonrisas de las meseras de las autopistas y los ojos cansados de los controladores de tráfico aéreo de nuestros aeropuertos fuera de temporada.
Creo en los órganos genitales de grandes hombres y mujeres, en las posturas corporales de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y la Princesa Diana, en el suave olor que emana de sus labios cuando miran a las cámaras del mundo entero.
Creo en la locura, en la verdad de lo inexplicable, en el sentido común de las piedras, en la locura de las flores, en la enfermedad reservada para la raza humana por los astronautas del Apolo.
No creo en nada.
Creo en Max Ernst, Delvaux, Dalí, Tiziano, Goya, Leonardo, Vermeer, Chirico, Magritte, Redon, Durero, Tanguy, el Facteur Cheval, las torres Watts, Boecklin, Francis Bacon, y en todos los artistas invisibles de las instituciones psiquiátricas del planeta.
Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en lo absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética, en las intenciones asesinas de la lógica.
Creo en las adolescentes, en la corrupción de la postura de sus piernas, en la pureza de sus cuerpos desaliñados, en los rastros que dejan sus genitales en los baños de moteles descuidados.
Creo en el vuelo, en la belleza del ala, y en la belleza de todo lo que ha volado, en la piedra arrojada por un niño que lleva consigo la sabiduría de los estadistas y de las parteras.
Creo en la delicadeza del escalpelo, en la geometría ilimitada de la pantalla de cine, en el universo oculto dentro de los supermercados, en la soledad del sol, en la locuacidad de los planetas, en la redundancia de nosotros mismos, en la inexistencia del universo y el aburrimiento del átomo.
Creo en la luz que arrojan las cámaras en las vidrieras de las grandes tiendas, en la revelación mesiánica de las rejillas de los radiadores en los showrooms de automóviles, en la elegancia de las manchas de aceite sobre la cubierta de los motores de los 747 estacionados en las pistas de los aeropuertos.
Creo en la inexistencia del pasado, en la muerte del futuro, y en las infinitas posibilidades del presente.
Creo en el trastorno de los sentidos: en Rimbaud, William Burroughs, Huysmans, Genet, Celine, Swift, Defoe, Carroll, Coleridge, Kafka.
Creo en los diseñadores de las Pirámides, el Empire State, el bunker del Führer en Berlín, las pistas de Wake Island.
Creo en los olores corporales de la Princesa Diana.
Creo en los próximos cinco minutos.
Creo en la historia de mis pies.
Creo en las migrañas, el aburrimiento de las tardes, el miedo a los calendarios, la traición de los relojes.
Creo en la ansiedad, la psicosis y la desesperanza.
Creo en las perversiones, en la obsesión por los árboles, las princesas, los primeros ministros, las gasolineras abandonadas (más bellas que el Taj Mahal), las nubes y los pájaros.
Creo en la muerte de las emociones y el triunfo de la imaginación.
Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok, Dealey Plaza.
Creo en el alcoholismo, las enfermedades venéreas, la fiebre y el agotamiento.
Creo en el dolor.
Creo en la desesperanza.
Creo en todos los niños.
Creo en mapas, diagramas, códigos, juegos de ajedrez, rompecabezas, horarios de vuelos, señalización de los aeropuertos.
Creo en todas las excusas.
Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones.
Creo en toda la rabia.
Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones.
Creo en el misterio y la melancolía de una mano, en la bondad de los árboles, en la sabiduría de la luz.

[Fuentes: Portal-Cifi, Kosmopolis]

[Fotografía: David Levenson/Getty Images]

El teléfono celular como una varita mágica

“Una varita mágica móvil, activa y contextualmente consciente”, dice Teemu Arina con respecto a los teléfonos celulares del futuro próximo en su blog sobre aprendizaje en la red, conocimiento y colaboración en organizaciones. “Ya no se trata de skins. Ni siquiera de las características, código abierto, multi-touch o tipo iPhone. Se trata de quién es el que va a hacer que el dispositivo interactúe con el entorno y lo capture en un contexto. Les digo que es una varita. Va a hablar con las nubes en vez de hacerlo con aplicaciones nativas. Podría o no enlazarse al cerebro global. Pero lo que sé con seguridad es que va a combinar cloud computing, realidad aumentada y la internet de las cosas de una manera significativa”.

A continuación, un video sobre la evolución de los teléfonos celulares hasta hoy, y su proyección al futuro próximo.

(Fuentes:Teemu Arina y Beyond the Beyond)

Descarga esta Historia: Narraciones para el Siglo XXI

Proyecto Líquido y la Universidad EAFIT organizan un espacio en Medellín para pensar en escenarios futuros a partir de la ciencia ficción y la literatura fantástica.

La ingeniería genética, la computación ubicua, la robótica, la ciencia a escala nanométrica, la inteligencia artificial, entre otras ramas de la ciencia y la tecnología están cambiando lo que entendemos por ser humano y sociedad.

¿Cuál es tu posición al respecto?

Participa todos los jueves a las 6:15 PM en la Sala de Audición Musical, tercer piso de la biblioteca Luis Echavarría Villegas de la Universidad EAFIT

Entrada libre.

Desde el 17 de Julio hasta el 6 de Noviembre de 2008

(Ilustración: Sebastián Peláez Castaño, © Proyecto Líquido)

“Por favor, enséñame cómo hacer un WALL-E”

Voy poco a cine: la última película que vi fue Capote. Y nunca había ido a ver una película animada. Las alquilaba o las veía inevitablemente en reuniones familiares, junto a niños que ya las habían visto diez o más veces y recitaban las líneas de memoria. Cada que pienso en esas películas escucho un coro-de-niños-Shrek, un coro-de-niños-Buzz Lightyear, un coro-de-niños-Remy. Así que decidí ir al estreno de WALL-E: en un estreno los niños no harían coro con los diálogos de los personajes. Además había visto la noticia sobre el acuerdo de colaboración que firmó la NASA con los estudios de Walt Disney en el marco de WALL-E con el fin de promover entre los niños el interés en la ciencia y la tecnología. Y quise probar si era verdad.

No es que tuviera muchas expectativas: yo esperaba que WALL-E fuera una tierna película para niños sobre dos robots que se enamoran. Nada más. Pero ahora puedo decir confiadamente que WALL-E (un film animado para todas las edades) es una de las mejores películas de ciencia ficción que he visto en mucho tiempo. Y no solo es mi opinión. Recientemente Gary Westfahl dijo en la revista Locus que WALL-E “hace lo que la mejor ciencia ficción debería estar haciendo”, una historia bien construida, ambientada en el futuro, que te involucra y te hace a pensar.

Entre los temas que trata WALL-E está el miedo a que los avances tecnológicos hagan que la gente sea débil, inútil, inmóvil (los humanos en la película son obesos, están sentados todo el tiempo en sillas que los transporta a su destino, no hacen más que hacerle caso a las imágenes individualizadas que se proyectan en su cara e incluso la comida es líquida, para evitarles el esfuerzo de masticar), el peligro de que los robots que el hombre creó para su servicio terminen rebelándose contra él mismo, las posibilidades del viaje al espacio (sobre todo para los robots, que vuelan en el vacío del espacio como ningún astronauta podría), entre otros. El interés de la NASA era generar curiosidad en temas como la tecnología robótica, los sistemas de propulsión y la astrofísica. “Las grandes ideas para la futura exploración del universo comienzan con la imaginación”, dijo Robert Hopkins, director de comunicaciones estratégicas de la NASA, refiriéndose al acuerdo de colaboración con WALL-E.

Y recordé esa frase cada que los niños, en vez de repetir los diálogos de los personajes, le preguntaban a sus mamás cómo podría construirse un centro comercial en la luna si allí las cosas flotan, por qué los robots podían volar en el espacio, a qué distancia de la tierra uno empezaba a flotar, por qué el Axioma (el crucero espacial donde vivían los humanos) podía viajar tan rápido de un lugar a otro. Y pensé en los futuros exploradores espaciales que se inspirarían en la película cuando una niña muy pequeña le dijo a su abuela que, por favor, le enseñara cómo hacer un WALL-E.


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HERNÁN ORTIZ. Co-fundador de encuentro Fractal y Proyecto Líquido. Trabajo con historias. E-mail: hernan (arroba) proyectoliquido.net
Twitter: @hernanpl

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