Apocalipsis forzado del género

Hemos leído un reportaje que fue portada del suplemento Babelia del diario El País de España, titulado “Una galaxia que se apaga”, escrito por el periodista Jacinto Antón, y cuya fuente única es el reconocido editor de la colección NOVA (dedicada a la ciencia ficción) de Ediciones B, Miquel Barceló. Dicho reportaje es, en realidad, un artículo de opinión a dos voces en el que abundan contradicciones y generalizaciones; no es fácil expresar nuestra posición frente a dicho artículo debido a que sus argumentos no constituyen una tesis sólida.

El artículo parece considerar que el único papel de la ciencia ficción, como en la prospectiva, es anticipar o predecir el futuro. En portada dice: “el futuro mata a la ciencia ficción”, “la realidad deja sin argumentos a la literatura de anticipación”, afirmación que nos parece equívoca y sensacionalista: el hecho de que ahora existan tecnologías que antes eran de ciencia ficción sólo demuestra la importancia del género para influir en la realidad.

Adicionalmente, aquí, en Proyecto Líquido, nos identificamos con Arthur C. Clarke cuando decía que el objetivo de sus historias era entretener al lector y, si es posible, estimular su imaginación. Creemos que el papel de la ciencia y la tecnología en la ciencia ficción es crear escenarios extraordinarios, y que la intención de sus escritores no es necesariamente predecir el futuro sino explorar al ser humano cuando cambian las características de su entorno. En Estados Unidos suelen usar el término “ficción especulativa” para referirse tanto a la ciencia ficción como a la fantasía, y en Italia usan la palabra “fantascienza” para el mismo fin. Muchos escritores exploran ambas facetas, elijen una u otra según lo que quieran lograr con la historia. Pero en español la ciencia ficción y la fantasía se ven como dos géneros rivales, y esto sólo logra separar lectores, confundirlos o aislarlos completamente del género. Todo cabe dentro de la gran categoría de ficción especulativa. No importa a qué subgénero pertenezca: post-cyberpunk, slipstream, bizarro, mundane, realismo mágico, new weird, interstitial, o technothriller, finalmente en su naturaleza hacen parte de lo mismo.

El artículo también sugiere que los jóvenes ya no leen ciencia ficción debido a “productos específicos” como Harry Potter. Esto nos pareció más extraño aún: nosotros trabajamos con niños y jóvenes y notamos exactamente lo contrario. Las historias que ellos escriben o narran son de ciencia ficción, y en sus lecturas disfrutan por igual “Harry Potter”, “Jumper” (el libro), o los cuentos de Ray Bradbury; en general ficción especulativa.

[Foto: © Zingaro. I’am a gipsy too, en Flickr]


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HERNÁN ORTIZ. Co-fundador de encuentro Fractal y Proyecto Líquido. Trabajo con historias. E-mail: hernan (arroba) proyectoliquido.net
Twitter: @hernanpl

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