“Llámenlo una prótesis de memoria” – Charles Stross en Second Life
Al frente estaba el avatar de Charles Stross. Era un poco más delgado que el personaje real, pero fácilmente reconocible: cabeza rapada, gafas de marco negro, barba prominente y un nick delator: Autopope Writer (su web se llama antipope.org, nombre que un administrador de sistemas borracho le asignó por error en los inicios de Internet luego de que Stross le dictara “Autopope”). El autor de Cielo de Singularidad, Accelerando y Halting State estaba sentado en el escenario del Salon Room, Central Nexus junto a dos moderadoras de Extropia. Yo iba dos minutos tarde: había entrado a Second Life, me había teletransportado y el mundo se demoraba en cargar, una señal inequívoca de lo lleno que estaba.
Encontré una silla disponible y me proyecté hacia allá. Me senté. A mi alrededor había gran variedad de avatars: un robot de madera con extremidades cúbicas, un conejo rosado con kimono blanco, un hombre con piel de circuito integrado y uno con brazo protésico. Todos hacían preguntas y comentaban, y Autopope iba respondiendo en el orden que indicaba un tablero colgado en la pared de la habitación. Mientras iba leyendo, conocí un poco la personalidad de Stross: su riguroso escepticismo: “no creo en la suerte, creo en el reconocimiento de patrones… la suerte es solo un artefacto de nuestra arquitectura neurológica”, su arrogancia: “la gente compra productos que anuncian por spam porque, tristemente, la gente está hecha de e-s-t-u-p-i-d-e-z”, su paranoia: “nos acercamos rápidamente a un estado de vigilancia realmente asustador”, y su extraño sentido del humor: “aquí en Escocia, la edad mínima para beber son 5 años”. “No me gustan las teleconferencias: uno no se puede meter el dedo en la nariz o mirar feo a los idiotas que están al otro lado de la línea”.
Con esta personalidad, Charles Stross podría parecer una persona chocante y con pocos amigos, pero la verdad es que tiene muchos fans, y gracias a ellos ha podido dedicarse a escribir tiempo completo desde hace tres años.
A continuación traduzco partes del chat relacionadas con H2blOg. El chat completo se puede leer en inglés aquí.
Escribir ciencia ficción del futuro próximo es *difícil*. El futuro solía parecer predecible – más de lo mismo, sólo que con carros voladores. Pero desde hace 30 o 40 años las cosas se pusieron no-lineales. (Sobre los carros voladores: podrías querer un carro volador, pero no que el hijo de 16 años de tu vecino manejara el carro volador de su papá con un six pack de cerveza. ¿Verdad? El modo de fracaso por defecto para un carro volador es bastante terminal).
Yo no estoy escribiendo para los transhumanistas. Estoy escribiendo para los geeks. De 1920 a 1970 la ciencia ficción hablaba sobre incrementos en delta-V – aceleración, velocidad, viajes. Imitaba la obsesión modernista con el transporte y la comunicación. Pero en los 70s nos estrellamos contra un muro enérgico – no podíamos ir más rápido. Mientras tanto, se estaba poniendo en marcha la revolución de las tecnologías de la información. La Ley de Moore nos dio un progreso exponencial diferente del aeroespacial. Pero los escritores más viejos de ciencia ficción seguían con su estrategia de la exploración espacial. Mientras tanto los chicos que estaban interesados en las ciencias exactas dejaron la ingeniería aeroespacial y terminaron siendo sysadmins de UNIX. Y la mayoría de los escritores más clásicos de ciencia ficción no se han dado cuenta de este cambio en el nuevo círculo de lectores y no les están escribiendo a ellos. Neal Stephenson se dio cuenta. Vernor Vinge se dio cuenta. *Yo* me di cuenta. Y esa es la razón por la que estoy escribiendo otro tipo de ciencia ficción – para un grupo de lectores cuya métrica para el análisis del progreso es diferente.
Quiero las gafas de Halting State. No tengo problemas con las gafas que tienen pantallas de video, pero lo que yo quiero son gafas de video con un CCD (dispositivo de cargas eléctricas interconectadas) en el exterior, de forma que actúen como ojos de cámara de video. Con mejoras en la imagen, multiespectrales o con imágenes infrarrojas, zoom, y la capacidad de renderizar imágenes 3D (por ejemplo, de Second Life) en imágenes del mundo real. Adicionen GPS y pueden caminar por el mundo real mientras lo ven interactuar con Second Life. También la capacidad de grabar todo lo que ven para posteridad. Adicionen GPS y etiquetado de voces para metadatos y pueden buscar todo su historial. Llámenlo una prótesis de memoria.
Sobre películas: probablemente no ocurra pronto. (Vender los derechos para cine y ver la producción de una gran película taquillera es, para un escritor de ciencia ficción, el
equivalente de ganar la lotería). Además, la longitud ideal de un trabajo de ficción que vaya a ser adaptado al cine es en formato novella (de 75 a 125 páginas en formato escrito). Las novelas son demasiado largas, y para adaptarlas a cine, tienen que cortarles mucho. Por otro lado, el control de un autor sobre su obra una vez ha vendido los derechos para cine es aproximadamente cero (a no ser que el autor sea J.K. Rowling, famoso y lo suficientemente rico como para comprarse una participación en la producción – sólo cuesta algunos millones de dólares).
Se acaba el hielo en el Polo Norte
Los científicos dicen que por primera vez en la historia humana el hielo del Polo Norte va a desaparecer completamente. Se podrá llegar en bote por medio del mar y navegar en esa región; una situación que demuestra las consecuencias dramáticas del calentamiento global. Y será este año: 2008. Todo depende de las tendencias climáticas.
Es muy irónico: mientras que en Marte descubrimos hielo con características similares al de la región antártica (“¿deberíamos estar buscando pinguinos marcianos en vez de pequeños hombres verdes?, se preguntó la revista Nature), en la parte más alta de la Tierra nuestro mar de hielo se convierte en un mar de agua. Los científicos dicen que la probabilidad de que esto ocurra es más del 50%; dicen que antes solía haber hielo grueso en la región polar, compuesto de capas que se formaban durante muchos años, y que ahora esta región está cubierta por el hielo que se forma en un solo año — una capa temporal mucho más delgada que se remplaza anualmente. En 2007 se derritieron casi 1200 kilómetros del polo, y según los científicos, dependiendo de las condiciones meteorológicas, muy probablemente aumentará en su totalidad este año.
Esto es una buena noticia para quienes hayan soñado toda la vida con atravesar el polo norte sin bajarse de un barco; y desde una perspectiva menos absurda, para las naciones árticas: podrán explotar el petróleo y los depósitos minerales que habían sido imposibles de extraer cuando había una capa gruesa de hielo.
Pero es una mala noticia para el resto del mundo. La desaparición del mar de hielo en el Polo Norte significa un planeta más caliente; el hielo ayuda a enfriar la tierra al hacer que los rayos del sol reboten de nuevo hacia el espacio exterior. Esta propiedad reflectiva se conoce como albedo. Es una propiedad que también evita que los rayos del sol alcancen el océano. Y evita que el océano sea el que absorba el calor, y en general, que se derrita más hielo. Los científicos dicen que perder hielo es perder un importante mecanismo de enfriamiento, dando como resultado una aceleración del calentamiento global.
(Fuentes: The Independent, PopSci, ABC News)
(Imagen: Johnny Johnson/Getty Images)
Anathem entra a la moda Agua/Cero: ciencia ficción con soundtrack
¡Anathem, la nueva novela de Neal Stephenson, viene con música inspirada en la historia! 7 tracks para ambientar la lectura de la novela. El concepto es igual al de nuestro primer libro, Agua/Cero, sólo que Anathem viene con CD y Agua/Cero viene con un acceso para descargarla. Yo no había leído a Stephenson desde Snow Crash y esta es la mejor oportunidad para hacerlo. Espero que la traducción de Anathem también incluya el soundtrack — debido a su longitud (Anathem tiene 935 páginas), las traducciones al español de Stephenson se suelen publican en tomos. Eso depende de la editorial que la compre.
Según Cory Doctorow en boingboing: “es una música increíblemente extraña y maravillosa”. Realizada por David Stutz, desarrollador de software conocido por su papel en tecnologías como NeXT y Visual Basic, que además escribió una carta abierta a Microsoft explicándoles cómo co-existir en un mundo Open Source, y que ahora está dedicado a componer esta música tan “rara y hermosa”.
En el sitio In Pursuit of Mysteries listan los tracks de la música del mundo de Anathem:
- Aproximating Pi
- Thousander Chant
- Proof Using Finite Projective Geometry
- Cellular Automata
- Quantum Spin Network
- Sixteen Color Prime Generating Automation
- Deriving the Quadratic Equation
Y el reseñador dice:
opiniones (0)Acabé de escuchar varias canciones de este CD que, francamente, es una mierda rarísima. Digo esto sin reservas. Los estilos musicales provienen de todo el mundo, con la excepción de que sólo usan voces humanas (y ocasionalmente manos). Algunas partes son similares al canto occidental cristiano. Otros tracks tienen arreglos vocales más clásicos. El resto parece estar fuertemente influenciado por los cantos Orientales, Budistas, especialmente por el Budismo Tibetano con su uso de armónicos y voces que se superponen. Varía un poco de canción en canción. Adicionalmente, cuando hay palabras que se escuchan, no están en inglés (o en otro idioma reconocible).
Es verdad, hay hielo en Marte
La sonda Phoenix afirmó haber encontrado hielo. Luego de escarbar en la superficie del planeta durante 24 días marcianos y de haber fracasado en los análisis en busca de agua, hubo una esperanza: una zanja excavada por el brazo robótico mostraba unos pedazos brillantes de “algo”… y esos pedazos, días después, desaparecieron.
“Tiene que ser agua”, dijo ayer Meter Smith, investigador principal de la misión. “Puede ser sal y puede ser hielo”, dijeron los expertos a principios de semana. Pero ayer la mancha no estaba, luego debe ser agua helada que se ha evaporado en estos días que ha estado expuesta al Sol, porque la sal no se evapora. “Todo el equipo científico piensa esto: creo que sentimos que ésta es una prueba definitiva de que son pequeños trozos de material helado”, dijo ayer Smith. La NASA también afirmaba: “Tiene que ser agua”.
La misma sonda dijo por Twitter “¡Uuuuujuuuuu! ¡Estaba mirando pedazos de una cosa brillante y desaparecieron! ¡Se evaporaron! No puede ser sal, es hielo”. (¿No les había contado? El equipo de la misión le dio personalidad a la sonda Phoenix y hace que envíe mensajes via Twitter en primera persona). En la imagen se puede ver el antes y el después de la desaparición de los trozos brillantes, la evidencia de agua, según el equipo de la misión.
Un par de nombres: el agujero donde estaba el trozo brillante, de unos 35 centímetros de largo por 22 de ancho y seis o siete de profundidad, ha sido bautizado Dodo-Goldilocks. Y una nueva zanja, donde hay una capa dura que posiblemente sea hielo y de la que sacarán muestras con el brazo articulado para depositarla en alguno de los hornos y analizarla, para una prueba más contundente, se llama Snow White 2.
Los nuevos análisis darán más pistas sobre el estado de Marte para albergar vida (tal como la conocemos), y sobre la geología del planeta.
(fuente: Nature y Diario EL PAÍS)
opiniones (2)Ganadores de los Premios Locus 2008
Estos premios son elegidos anualmente por los lectores de la revista Locus, y el de este año se realizó ayer, en el Courtyard Marriott Hotel de Seattle. La escritora Connie Willis presentó a los ganadores:
Novela de Ciencia Ficción:
The Yiddish Policemen’s Union, Michael Chabon (HarperCollins)
Novela de Fantasía:
Making Money, Terry Pratchett (Doubleday UK; HarperCollins)
Libro para Jóvenes Adultos:
Un Lun Dun, China Miéville (Ballantine Del Rey; Macmillan UK)
Primera Novela
Heart-Shaped Box, Joe Hill (Morrow; Gollancz)
Novella
“After the Siege”, Cory Doctorow (The Infinite Matrix Jan 2007)
Novelette
“The Witch’s Headstone”, Neil Gaiman (Wizards)
Cuento
“A Small Room in Koboldtown”, Michael Swanwick (Asimov’s Apr/May 2007)
Colección de cuentos
The Winds of Marble Arch and Other Stories, Connie Willis (Subterranean)
Antología
The New Space Opera, Gardner Dozois & Jonathan Strahan, eds. (Eos)
No-ficción
Breakfast in the Ruins, Barry N. Malzberg (Baen)
Libro de Arte
The Arrival, Shaun Tan (Lothian 2006; Scholastic)
Editor
Ellen Datlow
Revista
F&SF
Editorial
Tor
Artista
Charles Vess
(fuente: LOCUS Online)
opiniones (0)Ciudades Virtuales y Literatura: Neuromante, Snow Crash y Accelerando
El escritor boliviano radicado en Estados Unidos Edmundo Paz Soldán presentó el siguiente texto, Ciudades Virtuales y Literatura en el evento “Nuevos pasajes; nuevos paseantes: narrativas de la ciudad en el mundo contemporáneo”, realizado el año pasado en Buenos Aires, y nos ha autorizado su reproducción en H2bl0g.
Rick Hoogestrat se casó el pasado mayo con Tenak Jackalope. Al hombre, de cincuenta y tres años, le va muy bien: tiene veinticinco empleados y es dueño de un centro comercial, una playa privada, una discoteca y un cabaret. El problema sin embargo, es que Rick vive en Arizona y no conoce en persona a Tenak; el nombre real de Tenak es Janet Spielman, una viuda de treinta y ocho años que vive en Canadá. La esposa de Rick en la vida real, Sue Hoogenstrat, se halla muy molesta con él. Rick pasa catorce horas al día en el mundo virtual llamado Second Life y dice que todo es un juego. Sue no le ve el lado cómico al asunto. Su esposo, después de todo, pasa más horas al día como Dutch Hoorenbeck, conversando con Tenak. A Sue le molesta que Dutch viva con Tenak en un departamento en Phantom Island, que ambos paguen la hipoteca juntos, tengan dos perros y se pasen horas en el centro comercial y paseando en motocicleta.
Es oficial: Second Life ha dejado de ser conocido sólo por los lectores de la revista Wired y se ha convertido en moneda común. El universo virtual creado por Linden Lab tiene ya nueve millones de habitantes y está siendo colonizado poco a poco por las grandes corporaciones: Adidas y Citibank, entre muchas otras, ya han abierto sus oficinas allí. La agencia de noticias Reuters tiene asignado un reportero permanente, y la campaña presidencial de Barack Obama cuenta con un buen número de seguidores que van de puerta en puerta virtual para expandir su base de votantes. La Filarmónica de Nueva York dará pronto allí su primer concierto, para doscientas personas. Hace apenas dos años todo esto era impensable, pero ahora se está llegando a un punto en el que, así como tener un carnet de identidad y un correo electrónico son parte imprescindible de la vida cotidiana, disponer de un “avatar” en Second Life será pronto el nuevo elemento sin el cual no podremos vivir.
Se podría especular hasta el cansancio qué es lo que lleva a gente aparentemente normal a descolgarse de la realidad para conectarse durante varias horas al día en un simulacro de realidad. Puede ser que, como dicen los científicos en estudios recientes llevados en cabo en la universidad de Stanford y en la de Washington, el cerebro del hombre simplemente no esté preparado para el siglo veintiuno, de modo que es incapaz de distinguir entre una experiencia virtual y una real, con lo cual todo vendría en el fondo a ser el mismo: la melancolía que experimentamos cuando nuestro “avatar” escucha, al lado de una fogata en la noche, una canción que nos recuerda a un gran amor, es similar a la melancolía que experimentamos cuando vamos de campamento en la vida real y, al lado de una fogata, escuchamos una canción que nos recuerda a un gran amor. También podríamos hablar hasta el agotamiento de las insatisfacciones de la vida real –la falta de emociones intensas, la rutina soporífera–, que nos lleva a buscar complementos y sustitutos en la vida virtual.
En este trabajo, lo que me interesa es explorar cómo un par de novelas de hace más de una década se atrevieron a imaginar algunos de los contornos del paisaje que se despliega hoy ante nuestros ojos, en el que las ciudades y los mundos virtuales comienzan a ser parte de la vida cotidiana de los habitantes de las ciudades reales; también quiero comparar a esas novelas con una más reciente. Las tres son de ciencia ficción: las dos primeras, muy conocidas, son Neuromancer (1984), de William Gibson, y Snow Crash (1992), de Neal Stephenson. La tercera es Accelerando (2006), de Charles Stross.
No quiero caer en el error común de valorar una obra de ciencia ficción simplemente por su destreza predictiva. Se suele juzgar a la ciencia ficción por su capacidad de imaginar el futuro; se mide a los escritores del género con la vara con que Victor Hugo pedía medir a los poetas: como profetas y visionarios. Nadie discute si Verne, Wells o Dick eran buenos escritores; cuando se habla de ellos, es inevitable discutir cuán acertadas o no fueron sus predicciones. Y sin embargo, quizás Verne, Wells y Dick no son importantes por ello sino porque fueron grandes narradores que, al imaginar el futuro, dejaron constancia de los sueños, ansiedades y pesadillas de la Francia del “siglo del progreso”, de la Inglaterra a fines de la era victoriana, del paranoico Estados Unidos de la “guerra fría”.
Lo que me interesa aquí entonces es ver cómo la ciencia ficción, aunque dice cosas del futuro, retrata sobre todo nuestro zeitgeist actual, y por ello nos puede ayudar a entender el presente. Si la literatura suele ser una suerte de laboratorio textual donde se experimenta con diversos modelos de relacionamiento interpersonal y de reconfiguración social, entonces quizás Neuromancer y Snow Crash sean buenos puntos de partida para empezar a entender este mundo nuevo en el que lo real se articula con lo virtual de maneras muy complejas, y se expande nuestra capacidad de percepción y sensación.
Neuromancer
La novela del canadiense-norteamericano Gibson, central en el canon de lo que en esos días vino a llamarse literatura cyberpunk, ocupa también un lugar privilegiado en el panteón de la cultura popular porque fue en sus páginas que apareció por primera vez la palabra ciberespacio, término que fue imaginado y definido por Gibson con notable precisión. En la novela, el protagonista principal, Case, es un “cowboy”, un mercenario cuyo trabajo consiste en pasar gran parte de su día en las ciudades virtuales del ciberespacio, tratando de robar información para quienes lo contratan.
Lo novedoso del trabajo de Case es que, a la manera de un oficinista de la dirección de impuestos o un empleado de banco, su trabajo no consiste en arriesgar su vida en las calles peligrosas donde los cowboys y mercenarios reales suelen desplegar sus actividades, sino en ingresar a un cubículo donde su vida suele estar a salvo. De hecho, en la imaginería de Gibson, los lugares desde donde uno se conecta al ciberespacio son análogos a “ataúdes”, blancos y de fibra de vidrio pero “ataúdes” al fin: así de estáticos, con la obvia sugerencia de una muerte en vida para Case.
Como dice Mauricio Montiel en La errancia, Walter Benjamin sugirió que “la ciudad era –y sería—el campo de acción del viajero contemporáneo, el territorio que sus pasos irían reconociendo día tras día para constituir un mapa móvil, en perpetua evolución, que se superpondría a los de los antiguos exploradores” (13). ¿Qué le pasa a ese viajero de la ciudad a fines del siglo XX y a principios del XXI? ¿Cómo ha evolucionado el mapa móvil de Benjamin? ¿Qué es lo que se explora hoy?
El primer elemento de cambio fundamental en la experiencia de la ciudad hoy es que el flaneur de Benjamin ya no necesita salir a la calle para hacer suyo el paisaje urbano, deambulando por parques y centros comerciales como si en ello se le fuera la vida. Case, con los electrodos conectados a su cabeza en el ataúd de fibra de vidrio, tiene un campo de acción diferente. Es un “constructo artificial” el que lleva a cabo las actividades de Case en esa “alucinación consensual” que es el ciberespacio.
Case no es un flaneur propiamente dicho, pero en su experiencia también se encuentra el deambular por la ciudad:
There seemed to be a city, beyond the curve of beach, but it was far away… The city, if it was a city, was low and gray. At times it was obscured by banks of mist that came rolling in over the lapping sun… He turned his head and stared out to sea, longing for the hologram logo of Fuji Electric, for the drone of a helicopter, anything at all… When he’d taken a dozen steps in the direction of the now invisible city, he turned and looked back through the gathering dark… He estimated that he’d covered at least a kilometer before he noticed the light. (225-26)
Parecía que había una ciudad más allá de la curvatura de la playa, pero estaba lejos… La ciudad, si era una ciudad, era baja y gris. A ratos la oscurecía la niebla que se deslizaba sobre el sol… Él giró la cabeza y miró hacia el mar, ansiando encontrarse con el logotipo en forma de holograma de Fuji Electric, con el ruido de un helicóptero, con cualquier cosa… Cuando hubo dado una docena de pasos en dirección a la ciudad ahora invisible, se dio la vuelta y miró hacia atrás a través de la creciente oscuridad… Concluyó que había recorrido por lo menos un kilómetro antes de percibir la luz.
Case puede caminar un kilometro sin moverse. La ciudad que aparece ante sus ojos no es la misma de la realidad, pues para experimentar su matriz debe ocurrir una “drástica simplificación de los sentidos del hombre” (54). Se trata de una “representación gráfica de datos sacados de los bancos de todas las computadoras en el sistema humano” (51). Cuando Case se mueve por las calles y se pierde entre la multitud, puede escuchar fragmentos de música y oler perfume y orín. Pero en ese viaje al ciberespacio, el cuerpo prácticamente desaparece –de hecho, los “cowboys” desprecian el cuerpo– y es visto en menos: todo se experimenta a través de la conciencia, del cerebro.
William Gibson no está de acuerdo con los analistas culturales que comparan las comunidades virtuales que han aparecido últimamente con la que aparece representada en Neuromancer. Hay, es cierto, una diferencia fundamental entre la Second Life de hoy y el ciberespacio tal como Gibson lo imaginó. En Second Life, el jugador está muy consciente de la diferenciación entre su realidad y la realidad de su avatar; no hay una “inmersión total”. En el ciberespacio de Gibson, se pierde esa diferenciación: cuando Case ingresa en el ataúd de fibra de vidrio, conecta los electrodos a su cabeza y hace el “flip”, el ciberespacio se convierte en la realidad de Case.
Snow Crash
En cuanto a la novela de Stephenson, Snow Crash, la realidad que allí se describe es mucho más similar a la experiencia que Second Life puede proporcionar que a la de Neuromancer. El protagonista, Hiro, ingresa al Metaverso desde el living de la casa que comparte con Vitaly Chernobyl. Lo único que necesita son auriculares y “goggles” –versiones sofisticadas de aquellos que se usan para la natación–. La computadora proyecta sonido en estéreo digital en los auriculares e imágenes en tercera dimensión en los “goggles”, de modo que Hiro no está en la casa sino en “un universo generado por computadora” (24). No hay un aislamiento total; cuando Vitaly toca la guitarra, Hiro la puede escuchar.
Stephenson menciona continuamente la relación que existe entre los dos planos en los que se mueve Hiro: el Metaverso, y la Realidad (escrita con mayúsculas). El Metaverso es una versión exagerada de la Realidad; allí siempre es de noche, y la ciudad es usada como un punto de comparación: Downtown, por ejemplo, es como “una docena de Manhattans” (26); la calle principal está generalmente ocupada por el doble de la cantidad de gente que vive en Nueva York.
El Metaverso se esfuerza porque los “avatares” que lo pueblan no “destruyan la metáfora” (36), es decir, mantengan la ilusión, no rompan el principio de verosimilitud. Hay reglas a seguir: por ejemplo, “El protocolo de la Calle señala que tu avatar no puede ser más alto que tú” [“The Street protocol states that your avatar can’t be any taller than you are”] (41); o: “materializarse de la nada (o desvanecerse de regreso a la Realidad) se considera una función privada que hay que dejar para los confines de tu casa”; [“materializing out of nowhere (or vanishing back into Reality) is considered to be a private function best done in the confines of your own house”] (36). Sin embargo, no siempre se siguen las leyes de la Realidad. En el Metaverso hay barrios donde las reglas básicas del tiempo y el espacio no funcionan, o lugares donde la gente puede dedicarse a matarse entre sí.
A diferencia del ciberespacio de Gibson, el Metaverso de Stephenson es un lugar hiperdesarrollado comercialmente. El Metaverso está controlado por GMPG (Global Multimedia Protocol Group); las grandes corporaciones que quieran hacerse de un lugar en el Metaverso deben primero conseguir la aprobación del GMPG. Así, el Metaverso funciona a través de las más darwinianas leyes de funcionamiento del mercado capitalista. Gente como Hiro ha conseguido un espacio gracias a que ha llegado primero.
Stephenson también insiste en que el Metaverso es, pese a sus reglas estrictas, un lugar para el desarrollo de las fantasías individuales. Esto puede verse en la forma en que los participantes del juego escogen a sus avatares: “Si eres feo, puedes hacerte de un avatar hermoso. Si te acabas de levantar de la cama, tu avatar puede seguir vestido con ropas maravillosas y maquillaje aplicado profesionalmente. En el Metaverso puedes lucir como un gorila o un dragón o un pene gigante y hablador”; [“If you are ugly, you can make your avatar beautiful. If you’ve just gotten out of bed, your avatar can still be wearing beautiful clothes and professionally applied makeup. You can look like a gorilla or a dragon or a giant talking penis in the Metaverse”] (36). Hiro, el “hacker”, es en el Metaverso un “príncipe guerrerro”: “cuando vives en un lugar de mierda, siempre puedes recurrir al Metaverso” (63).
Por supuesto, las fantasías también tienen su precio. Comprarse un “avatar” customizado es caro, por lo cual la mayoría de la gente debe recurrir a “avatares” que se encuentran en los estantes de las tiendas y cuyo diseño varía muy poco de uno a otro modelo; los más populares son Brandi, para las mujeres, y Clint, para los hombres. Además, si a uno se le da a elegir qué quiere ser en este mundo de fantasía, serán escasos los que decidan voluntariamente ser obreros o niños. Hay una preponderancia de actores y estrellas de rock.
Está claro que, si la cuestión económica importa tanto en el Metaverso, la diferenciación de clases y razas de las participantes suele ser obvia: la mayoría de los participantes son norteamericanos y asiáticos, y hay una alta concentración de gente con mucho dinero y que está muy al tanto de la moda. Si todos los avatares son guapos y relucinentes, tener uno muy rudimentario, en blanco y negro, como el de Juanita, una de las principales diseñadoras del Metaverso, se convierte en un gesto de rebeldía.
Stephenson se enfoca en la infraestructura de estos mundos virtuales de fantasía, y convierte a su novela en una aguda crítica social de la que está exenta la novela de Gibson. En Snow Crash, la plaga de la fantasía que aflige a las nuevas ciudades virtuales es la de un espacio restrictivo, en el que no hay libre acceso para todos, y en el que las diferencias económicas, de clase y raza terminan por jugar un papel preponderante en el triunfo social que uno pueda llegar a conseguir en el Metaverso. Se trata de una fantasía pesadillesca en la que no hay lugar para todos y en el que el determinismo social y el darwinismo económico parecen ganarle la partida a las buenas intenciones de crear un espacio virtual que permita la libre expresión.
Hiro, el flaneur del Metaverso, no es un hombre de extracción social acomodada; su suerte, aquello que le permite sobrevivir en el Metaverso, es su habilidad tecnológica. Es, como Case en Neuromancer, un hacker, alguien que se especializa en obtener información de todo tipo: “It may be gossip, videotape, audiotape, fragment of a computer disk, a xerox of a document” (21). Esa información obtenida es luego descargada en la Biblioteca –un lugar que solía contener libros y ahora sólo tiene muchos unos y ceros que pueden leerse a través de máquinas–; los clientes que quieran usar esta información deberán pagarle a Hiro.
Tanto Gibson como Stephenson sugieren que el gran material de oferta y demanda de los nuevos escenarios virtuales es la información. En “las alucinaciones consensuales” del ciberespacio y del Metaverso, ya no importan los objetos sólidos que eran valorados en las grandes ciudades del siglo XIX y el XX. Aquí lo que prima es la importancia que una determinada combinación de unos y ceros tenga en los futuros clientes. Para sobrevivir en estas ciudades, si uno no pertenece a la clase social privilegiada, deberá ser alguien que trabaja al margen de la ley valiéndose de sus habilidades tecnológicas. Case, el “cowboy”, y Hiro, el “príncipe guerrero”, son hackers, seres especializados en penetrar en lugares virtuales vedados a otros.
Accelerando (2006)
Termino con dos narrativas recientes relacionadas con estos mundos virtuales. Una pertenece a Cory Doctorow, la otra al inglés Charles Stross, dos de los principales escritores de la ciencia ficción contemporánea. En “Anda’s Game”, un cuento de Doctorow en el libro Overclocked (2007), lo que se hace patente es que en los mundos virtuales de hoy la división colonial del trabajo de otras épocas sigue vigente. El cuento trata de una fábrica maquiladora virtual: los obreros que reciben un sueldo miserable para pasarse muchas horas al día frente a la computadora haciendo actos rutinarios para conseguir puntos que permitan a los patrones comprar algunas de las vestimentas y armas preciadas por los jugadores de las comunidades virtuales (estas vestimentas y armas se pueden comprar luego en eBay). Mientras los jugadores se conectan al juego desde las grandes capitales de Occidente y en los países más desarrollados del continente asiático, las maquilas se instalan en países como México e Indonesia. Parecería que, en relación a ciudades y mundos virtuales, algunas cosas deben cambiar para que todo permanezca igual.
En cuanto a la novela de Stross, Accelerando (2006), aquí el principal personaje es Manfred Macx, un capitalista filántropo que se encarga de desarrollar tecnologías y luego permitir el libre uso de ellas. A diferencia de los personajes de Gibson y Stephenson, Macx vuelve a caminar por la ciudad, pero ahora lo hace con unos lentes –“goggles” también—que le permiten recibir continuamente información. Al comienzo de Accelerando, Macx acaba de llegar a Amsterdam:
Martes de un cálido verano, y él se halla en la plaza al frente de la Centraal Station con sus pupilas mirando a todas partes y los rayos del sol reflejándose en el canal, scooters y ciclistas kamikaze manejando a toda velocidad, y turistas cuchicheando por todas partes. La plaza huele a agua y suciedad y metal caliente y el humo exhausto de los convertidores catalíticos; suenan al fondo las campanas de los tranvías, y los pájaros vuelan sobre su cabeza. Él mira al cielo y coge una paloma, recorta la foto y la coloca en su blog para mostrar que ya ha llegado. (3)
Macx camina eufórico por Amsterdam, con el “dinámico optimismo de otra zona temporal, otra ciudad”. Pero no se trata sólo de la ciudad—de los punks y los barcos de turistas y los molinos que encuentra a su paso–, sino de lo buena que es su banda ancha, pues Macx, mientras camina, va, a través de sus lentes, escribiendo su blog y recibiendo información: “Sus canales se despliegan en una esquina de la pantalla, disparando información comprimida de prensa, luchando por su atención, peleando agresivamente frente al paisaje” (8). Así, mientras espera una invitación para una reunión de negocios, Macx se entera de que Rusia ha reelegido a un gobierno comunista y China se prepara para rehabilitar a Mao, y el gobierno de los Estados Unidos está lidiando con los problemas acarreados por la división de Microsoft en tres compañías (9).
En la novela de Stross, la biotecnología ha logrado la fusión del hombre con la máquina. Nuestro cerebro, nuestros órganos de percepción, todavía nos sirven, pero ahora funcionan ayudados por chips e instalados en nuestro cuerpo. Si los lentes se le pierden, Macx pierde la capacidad de entender todo lo que lo rodea.
Las fantasías de Gibson y Stephenson eran de su tiempo, de un momento histórico en que las computadoras portátiles no eran tan poderosas como eran hoy. Ahora, gracias a las conexiones sin cables, gracias a los chips sofisticados que se pueden encontrar en los iPods, cámaras digitales y celulares que llevamos a todas partes, los personajes de Stross vuelven, como imaginaba Benjamin, a deambular por las calles de las grandes ciudades. La única diferencia es que ahora llevan el ciberespacio o el Metaverso consigo, de modo que lo real termina fusionado con lo virtual.
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Accelerando de Charles Stross se puede descargar (en inglés) con licencia Creative Commons:
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Charles Stross en Google, Charles Stross en el metaverso
“Si William Gibson y Bruce Sterling fueron los alfa cyberpunks del siglo pasado, entonces Charles Stross y Cory Doctorow se han vuelto los alfas de este siglo”, dicen los editores James Patrick Kelly y John Kessel en el libro Rewired: the Post-Cyberpunk Anthology.
Ya nuestros lectores líquidos han leído bastante sobre Cory Doctorow, y mañana sábado 21 de junio tendrán la oportunidad de preguntarnos sobre Charles Stross (que ha publicado en español las novelas Cielo de Singularidad, Amanecer de Hierro y La Casa de Cristal) en Extropia, la grande y prestigiosa ciudad futurista/transhumanista de Second Life. El encuentro será en el Sophrosyne’s Special Salon de 1.00 a 2.30 P.M. en hora SLT (la hora que se ve en la parte superior derecha de la interfaz del software). Allá podremos dialogar directamente con Charles Stross y preguntarle sobre la singularidad tecnológica, las tecnologías de punta, los mundos virtuales, la realidad aumentada, su novela finalista al premio Hugo Halting State y sus próxima novela Saturn’s Children.
Para saber más sobre Charles Stross, pueden ver (en inglés) la siguiente conferencia, que hace parte del programa Authors@Google.
(Foto: © Liza Groen Trombi, Locus Online)
opiniones (0)Descarga gratis “Tocando Fondo: en el Reino Mágico” de Cory Doctorow – en español
La editorial AJEC publicó la primera novela de Cory Doctorow (y la primera traducida al español) Tocando Fondo: en el Reino Mágico con licencia Creative Commons. Como ya lo he mencionado, esta licencia permite leer, imprimir, descargar y difundir la novela, así como mejorar la traducción, hacer ilustraciones basadas en el libro, escribir historias basadas en los personajes de las novelas, adaptaciones a cine, música, teatro, etcétera, siempre y cuando el material resultante también esté bajo la licencia CC y sea sin ánimo de lucro.
Sobre esta novela, Tim Pratt dijo en la revista Strange Horizons: “no sería una exageración decir que el trabajo de Doctorow es una de las razones principales por las que sigo leyendo ciencia ficción, así que estaba esperando su primera novela con gran anticipación. ¿El simple veredicto? Es buena. Un libro rápido, divertido e inteligente, que entretiene tanto que sólo por medio de la reflexión se vuelve evidente su profundidad y su sorprendente sofisticación.”
La novela está ambientada en Disney World y empieza así:
En mi larga vida he llegado a ver la cura para la muerte y el ascenso de la Sociedad Bitchun; he tenido tiempo de aprender diez idiomas, de componer tres sinfonías y de realizar el sueño de mi infancia de establecerme en Disney World; he visto el fin de los centros de trabajo, y aún del trabajo mismo.
Sin embargo, nunca pensé que viviría lo suficiente como para ver el día en el que el Incombustible Dan decidió cabecear hasta la muerte entrópica del Universo.
Puedes descargar aquí la versión completa en PDF.
opiniones (1)Firefox 3.0 y el Guiness Record a más descargas por día
Estoy descargando Firefox, que es mi browser favorito. Es gratis, liviano, tiene código abierto, y su nueva versión 3.0 incluye en total 15.000 mejoras: es más rápido, más seguro y más inteligente. Hasta el momento lo han bajado 3,017,220 veces, y todavía pueden ayudar a aumentar el número. Me gustó la sección Flaunt It! donde si uno ingresa el nombre le dan un certificado por ayudar a establecer un Guiness Record por más descargas en un día. ¿La mía ya terminó? Wow, ¡les dije que era liviano! Les repito el enlace para que lo bajen, y termino aquí el post: tengo que cerrar el browser para instalarlo.
Actualización: 2 de Julio: Con 8 millones de descargas, Mozilla Firefox 3 ha logrado oficialmente “el mayor número de descargas en 24 horas”.
opiniones (0)Biotecnología: llamado de atención a América Latina y charla sobre la creación de vida sintética
Noticia y charla sobre biotecnología.
La noticia: El índice de desarrollo de biotecnología en Latinoamérica es bajo, “no se ha extendido suficientemente”, y mientras que Estados Unidos cuenta con 48 empresas de biotecnología por cada diez millones de habitantes, Argentina dispone de 24, Chile 19, Brasil 10 y Colombia tres. Estos datos son extraídos del documento “La transformación productiva 20 años después. Viejos problemas, nuevas oportunidades” debatido en Santo Domingo por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La realidad mencionada “constituye una fuente de oportunidades para la región, pero representa, al mismo tiempo, una amenaza si los países no realizan los esfuerzos necesarios para crear un sistema capaz de incrementar y orientar las actividades de investigación y desarrollo y los recursos humanos hacia las nuevas tecnologías”. Y es una advertencia para que los países mencionados -–especialmente Colombia– empiecen a potenciar sus capacidades en biotecnología y ramas relacionadas (nanotecnología e ingeniería genética) en los próximos años.
La charla: aprovechando el tema, hace poco vi una charla sobre biotecnología que presentó este año en TED el biólogo y ‘padre del genoma humano’ Craig Venter, en la que habla sobre cómo “estamos a punto de crear vida sintética”, y compara la construcción de un organismo a la construcción de sistemas de computación: “se digitaliza el genoma”, “el software construye su propio hardware” y “se hace un boot a la nueva célula”
Aquí está la charla (en inglés):
(fuente de la noticia: Terra España)
opiniones (0)¿Y si la Estación Espacial Internacional también se usa para criptografía cuántica?
“Totalmente seguro” son dos palabras de las que se cuidan los expertos en criptografía. “Nada es totalmente seguro”, dicen, refiriéndose a la forma en la que se actualmente se codifica la información. La seguridad de hoy se basa la complejidad computacional. Alguien codifica un mensaje. La persona que lo recibe tiene el parámetro necesario para leerlo –o “la trampa” en jerga criptográfica–, pero un espía que esté en la mitad no puede. No tiene la trampa. Tendría que hayarla. Y esto algo irrealizable computacionalmente con los métodos actuales, tardaría años.
La fabricación de un computador cuántico pondría en riesgo este sistema. Lo haría inservible para el intercambio de información secreta. En el artículo Quantum Computing with Molecules, los autores Neil Gershenfeld e Isaac L. Chuang dicen: “Factorizar un número de 400 dígitos –una hazaña numérica necesaria para romper algunos códigos de seguridad– le tomaría billones de años incluso al supercomputador más rápido. Pero un computador cuántico podría completar la tarea en más o menos un año”.
El desarrollo de computadores cuánticos aún está en pañales, pero gracias a que no es necesario un computador cuántico para distribuir claves cuánticas, la criptografía cuántica ya se vende. Empresas como Id Quantique, MagiQ Technologies, y SmartQuantum ofrecen distribución de claves irrompibles a organizaciones gubernamentales y militares.
Y ahora leo en NewScientist sobre un experimento propuesto por la Agencia Espacial Europea llamado Space-QUEST (Quantum Entanglement for Space Experiments – Enredo Cuántico para Experimentos Espaciales) que podría hacer que la criptografía cuántica esté disponible a más personas y desde cualquier parte del mundo.
El experimento consiste en usar la Estación Espacial Internacional para retransmitir mensajes realmente seguros usando la propiedad del enredo (o entrelazamiento) cuántico. Esta propiedad fue la que desafió la cordura de Einstein. Él la llamó “acciones fantasmagóricas a distancia” debido a que en sus teorías nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz, y no puede haber acciones instantáneas en la naturaleza. Pero en el mundo de las partículas estas propiedades ocurren. Partículas como los fotones pueden enredarse en un estado donde, incluso a grandes distancias, al cambiar las propiedades de uno instantáneamente se afecta el otro, y viceversa. De esta forma, si un espía lograra interceptar la transmisión de una clave secreta, la estaría modificando. Y sería detectado instantáneamente.
La propuesta Space-QUEST requiere la adición de un dispositivo al exterior del laboratorio científico European Colombus de la Estación Espacial Internacional. El dispositivo contiene un laser ultravioleta. Ese transmisor-receptor generaría pares de fotones enredados y los transmitiría a dos estaciones receptoras en la tierra.
La máxima distancia lograda para una transmisión de fotones enredados fue de 144 kilómetros entre las Islas Canarias y Tenerife. Este proyecto, con la ayuda de la Estación Especial Internacional, transmitiría claves cuánticas a miles de kilómetros de distancia, creando una intercambio seguro de información entre dos partes.
Incluso un experto en criptografía te diría que, hasta ahora, la criptografía cuántica es –y para ellos no es fácil decirlo– un método “totalmente seguro”.
(Imagen: NASA)
opiniones (1)Sobreviviendo con un teléfono celular en Japón
Gracias al enlace que nos hicieron en el sitio web Neotokyo, encontré un post de Oscar Yasser Noriega (a.k.a. Akira) donde narra una experiencia similar al caso que describe Bruce Sterling –el del niño de cuatro años viajando solo a Nueva Delhi gracias a su teléfono celular– y que tratamos en una nota previa. (Por cierto, ¡Bruce Sterling nos enlazó desde su blog Beyond the Beyond!).
Hace unos días tuve una cita con Joi Ito en sus oficinas de Shibuya.
Antes de ir a la cita, paré por mi casa para dejar algunas cosas y llevar algunas revistas conmigo. Después de la escala técnica, caminé hacia la estación de tren y al llegar utilicé la Mobile Suica en mi teléfono móvil para pagar la entrada. Al llegar al andén, me percaté que no tenía mi cartera conmigo. La verdad es que se me estaba haciendo un poco tarde para la cita y me alarmé un poco por la situación. Regresé a la entrada de la estación para preguntar si alguien la había encontrado, pero el señor de ahí me dijo “Nadie ha traido nada el día de hoy, tal vez olvidó su cartera en la casa”. Como ya era tarde para llegar a tiempo, tomé la decisión de irme a la cita y no regresar a revisar a mi casa. Al mismo tiempo me dije a mi mismo: “Sobreviviré con el teléfono durante todo el día”. Seguramente te estás preguntando, ¿cómo puedes sobrevivir todo el día con el celular?, pues bien, en Japón esto es posible.
En la actualidad, prácticamente todos los teléfonos celulares en Japón tienen un chip RFID que te permite utilizar un montón de aplicaciones. Los chips RFID funcionan con un lector de próximidad como el de la foto, por lo que lo único que tienes que hacer para utilizarlo es pasar tu teléfono por encima y listo. Reciéntemente, la mayoría de las compañías que fabrican celulares han adoptado un estándar de Docomo llamado “Osaifu-Keitai”, que básicamente convierte tu celular en una verdadera navaja suiza.
Algunas de las aplicaciones disponibles son pases electrónicos para pagar boletos de trenes, camiones y aviones. También puedes instalar otras que utilizan el chip como monedero electrónico conectado con tu tarjeta de crédito. Por si esto fuera poco, también puedes instalar programas para “ligar” tus tarjetas de puntos de diversas tiendas departamentales, lo cual es bastante conveniente cuando usualmente cargas con decenas de tarjetas de plástico en tu cartera.
La junta salió de maravilla. Ha sido una gran experiencia conocer a Joi, uno de los pioneros de internet en Japón y una referencia obligada de internet y nuevos negocios en este país. Regresando al punto, pude sobrevivir durante todo el día pagando por comida, bebida, boletos de trenes y hasta unos cables que necesitaba que compré en una tienda llamada Yodobashi Camera.
Muchos paises hablan acerca del futuro y de sus planes para estandarizar métodos de pago sencillos y prácticos. El “dinero electrónico” en Japón es una realidad del día con día, por lo que podría decir que aquí estás viviendo en el futuro.
Ahora bien, ¿Qué pasa si pierdes tu teléfono celular?, “Estás jodido amigo” -seguramente estás pensando-. No del todo, pues algunos teléfonos celulares se pueden bloquear completamente si mandas un email a tu dirección de correo. Así de fácil.
(Tomado de: Neotokyo)
(Foto: Hector García – a.k.a Kirai)
Especial H2blOg: La Singularidad Tecnológica
Singularidad. Un término que está apareciendo en todas partes: documentales de televisión, historias de ciencia ficción, conferencias científicas. Esta semana fue el tema al que se dedicó la publicación IEEE Spectrum y uno de los más debatidos en el World Science Festival. La Singularidad Tecnológica (para diferenciarla del concepto de Singularidad en la física) contempla un momento en la historia donde el progreso tecnológico genera un cambio “comparable al nacimiento de vida humana en la Tierra. La causa precisa de este cambio es la creación inminente de entidades con inteligencia mayor a la humana por medio de la tecnología”, escribió Vernor Vinge, autor de ciencia ficción que propuso el término de Singularidad Tecnológica en un ensayo publicado en 1993. Allí Vinge especula que este cambio podría darse por medio de la inteligencia artificial, las interfaces humano/computador, o por la modificación biológica del genoma humano. Luego de este punto, terminaría la historia humana.
El mismo Vinge fue entrevistado recientemente para el especial de IEEE Spectrum, escribió un nuevo ensayo respondiendo a argumentos sobre el tema planteados en otros artículos del mismo especial y dice que continúa firme con la predicción planteada en 1993:
Creo que es probable que con la tecnología podamos, en un futuro muy cercano, crear o convertirnos en seres más inteligentes que los humanos. Tal singularidad tecnológica revolucionaría nuestro mundo, llevándolo a una era post-humana. Si fuera a pasar dentro de un millón de años, no valdría la pena preocuparse. ¿Así que a que me refiero cuando digo “un futuro muy cercano”? En mi ensayo de 1993, “El Advenimiento de la Singularidad Tecnológica”, dije que estaría sorprendido si la singularidad no sucediera para el 2030. Mantengo mi posición con respecto a esa afirmación asumiendo que evitamos las descomunales catástrofes –cosas como las guerras nucleares, las superplagas, las emergencias climáticas– a las que le dedicamos apropiadamente nuestra ansiedad.
En ese punto Vinge espera que la singularidad se manifieste como una combinación de elementos:
El Escenario IA: creamos inteligencia artificial (IA) superhumana en computadores.
El Escenario AI: mejoramos la inteligencia humana por medio de las interfaces humano/computador, logrando amplificación de la inteligencia (AI).
El Escenario Biomédico: incrementamos directamente nuestra inteligencia mejorando la operación neurológica de nuestros cerebros.
El Escenario Internet: la humanidad, sus redes, computadores, y bases de datos se vuelven lo suficientemente efectivas como para ser consideradas un ser superhumano.
El Escenario Gaia Digital: la red de microprocesadores embebidos se vuelve lo suficientemente efectiva como para ser considerada un ser superhumano.
Cada autor que participó en el especial de Spectrum tiene sus propias visiones sobre la singularidad. El filósofo Alfred Nordman critica las extrapolaciones usadas para los argumentos sobre el tema, y usa tendencias para hacer sus pronósticos (una técnica bastante criticada en los comentarios). Vernor Vinge le responde usando su misma técnica: tendencias que apoyan la posibilidad de la singularidad tecnológica. Una es la tendencia a largo plazo de la vida hacia una mayor complejidad, lo que algunos ven como un progreso imparable hacia el mejoramiento que solo podría ser detenido por una catástrofe. Como humanidad hemos pasado de la capacidad de adaptarnos para la supervivencia por medio de la selección natural de rasgos hereditarios a nuevos medios de adaptación y resolución rápida de problemas:
Desde hace algunos miles de años los seres humanos han empezado el próximo paso, creando herramientas para soportar las funciones cognitivas. Por ejemplo, escribir es una función de descarga de la memoria. Estamos construyendo herramientas –computadores, redes, sistemas de base de datos— que pueden acelerar los procesos de adaptación y resolución de problemas. No es sorprendente que entusiastas de la tecnología hayan empezado a hablar de las posibles consecuencias.
Vinge dice que dependiendo de nuestro ingenio (y el de nuestros artefactos) existe la posibilidad de una transformación comparable al surgimiento de la inteligencia humana en el mundo biológico.
La otra tendencia es el aumento exponencial de hardware en los computadores descrito en la Ley de Moore, formulada por el co-creador de Intel Gordon E. Moore en 1965, y que actualmente sigue cumpliéndose — aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado. Esto indica que la complejidad de los chips aumenta, y debido a la producción exponencial, disminuyen los costos. Moore dijo en una conferencia el año pasado (2007): “mi ley dejará de cumplirse dentro de 10 o 15 años”, pero también afirmó que nuevas tecnologías vendrán a suplir la actual.
Bueno, volvamos al ensayo de Vinge. Él menciona que las nuevas tecnologías para los componentes posiblemente sean nanotubos de carbono, y un nuevo método para el emplazamiento a alta velocidad que posiblemente sea autoensamblaje. Y sobre la demanda, dice que lo más notable de la Ley de Moore es que permite mejoras en comunicaciones, almacenamiento de información, lógica embebida, planeación y diseño en áreas directa o indirectamente importantes para todas las empresas. “Desde que se desarrolle software que haga uso de la Ley de Moore, continuará la demanda para el progreso”.
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En el siguiente documental sobre la singularidad tecnológica producido por la BBC participan Miguel Nicolelis de Johns Hopkins, Seth Lloyd del MIT y el pionero de la Inteligencia Artificial, Ray Kurzweil. Se habla sobre el nuevo ser humano: algunos creen que sus hijos podrán vivir en un futuro cercano donde los computadores cuánticos son una realidad; donde se podrán descargar pensamientos, almacenarlos en memorias, e interactuar con máquinas; e incluso, donde una guerra tecnológica podría destruirlos.
A continuación, una entrevista de Cory Doctorow a Ray Kurzweil, escritor del bestseller The Singularity is Near
Cuando La Singularidad Es Más Que Un Recurso Literario:
Una Entrevista Con El Inventor-Futurista Ray Kurzweil
Por: Cory Doctorow
Título original: When the Singularity is More Than a Literary Device:
An Interview with Futurist-Inventor Ray Kurzweil
Traducción de Domingo Santos
Copyright 2005 Cory Doctorow
Some Rights Reserved, Creative Commons by-nc-sa
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/
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No tengo claro si la Singularidad es un sistema de creencias técnico o espiritual.
La Singularidad ─una noción que se ha infiltrado en multitud de ambientes, y cuyo portavoz más conocido dentro del género es Vernor Vinge─ describe el agujero negro que se creará en la historia en el momento en que la inteligencia humana pueda ser digitalizada. Cuando la velocidad y el alcance de nuestra cognición se nivele con la curva de precios de los microprocesadores, nuestro «progreso» se multiplicará por dos cada dieciocho meses, y luego cada doce meses, y luego cada diez, y finalmente cada cinco segundos.
Las Singularidades son, literalmente, agujeros en el espacio de los cuales no puede emerger ninguna información, y así los escritores de ciencia ficción murmuran ocasionalmente acerca de lo difícil que es contar una historia planteada tras el advenimiento de la Singularidad. Todo será diferente. Lo cual significa que el ser humano será tan diferente que lo que significa estar en peligro, o ser feliz, o sentirse triste, o cualquiera de los otros elementos que hacen que la tensión estrujar-y-soltar de un buen relato sea irreconocible para nosotros, los pre-Singularizados.
Es un tema delicado sobre el que escribir. He tocado la Singularidad en un par de ocasiones, normalmente en compañía del forofo Singularizado Charlie Stross, el antipapa loco de la Singularidad. Pero estas historias tienen la misma relación con el futurismo que las novelas románticas con el amor: un punto de partida compartido, pero morfologías radicalmente distintas.
Por supuesto, la Singularidad no es sólo una idea fantástica con la que jugar en las páginas de los pulps; es un tema de muy seria erudición, futurismo e incluso ciencia.
Ray Kurzweil es una de tales grandes serias mentes eruditas. Es un empresario en serie que fundó toda una serie de negocios de éxito que hicieron adelantar los campos del software de reconocimiento óptico de caracteres (máquinas lectoras), la síntesis texto-a-habla, la simulación musical sintética de instrumentos, el reconocimiento del habla por ordenador y los análisis del mercado de valores. Curó su propia diabetes Tipo-II a través de una cuidadosa revisión de la literatura médica y la juiciosa aplicación de los primeros principios y la razón. Para un observador casual, Kurzweil parece ser la estrella de alguna novela tipo Heinlein, robando el fuego de los dioses y embarcándose en una búsqueda para llevar sus rebeldes ideas al público pese a los desaires del establishment, y haciéndose rico en el proceso.
Kurzweil cree en la Singularidad. En su manifiesto de 1990, “La era de las máquinas inteligentes”, Kurzweil argumentó persuasivamente que nos hallábamos al borde de una inteligencia mecánica significativa. Una década más tarde, usó el mismo argumento en un libro titulado La era de las máquinas espirituales [en español en editorial Planeta], cuya más audaz afirmación es que la capacidad de computación del mundo se ha estado multiplicando lentamente por dos desde que la corteza terrestre empezó a enfriarse (¡e incluso antes!), y que el intervalo de este multiplicarse por dos se ha ido haciendo más y más corto a cada año que pasaba, hasta el punto de que ahora lo vemos reflejado en la Ley de Moore de la industria informática, que predice que los microprocesadores se vuelven dos veces más poderosos por la mitad de su coste aproximadamente cada dieciocho meses. La alucinante velocidad de esta tendencia tiene una conclusión obvia: ordenadores más poderosos que la gente; más poderosos de lo que pueden llegar a ser comprendidos.
Ahora Kurzweil ha publicado otros dos libros, La singularidad está cerca, Cuando los humanos trascienden la biología (Viking, primavera de 2005) y Viaje fantástico: Vivir lo suficiente para vivir para siempre (con Terry Grossman, Rodale, noviembre de 2004). El primero es un mapa de carreteras técnico para crear las condiciones necesarias para ascender a la Singularidad; el segundo es un libro acerca de las tecnologías de prolongación de la vida que ayudará a las generaciones del baby-boom a vivir el tiempo suficiente para ver el día en que se consiga la inmortalidad tecnológica.
Veamos lo que significa ser un héroe a lo Heinlein.
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Aún no sé si la Singularidad es un sistema de creencias espiritual o tecnológico. Por supuesto, tiene todos los aderezos de la espiritualidad. Si eres puro y kosher, si vives como corresponde y tu sociedad es justa, entonces vivirás para ver un momento de éxtasis cuando tu carne se descomponga y no deje atrás más que tu ka, tu alma, su consciencia, para que ascienda a un estado inmortal y puro.
Escribí una novela titulada Tocando fondo: en el reino mágico [en español en Grupo Editorial AJEC], donde los personajes pueden hacer backups de sí mismos y recuperarse a través de ellos si les ocurre algo malo, como pillar un resfriado o ser asesinados. Esto suscita un montón de preguntas existenciales, entre las cuales la más prominente es: ¿Sigues siendo tú mismo cuando eres restaurado
a partir de un backup?
La respuesta IA tradicional es el Test de Turing, inventado por Alan Turing, el pionero gay de la criptografía y de la inteligencia artificial que fue obligado por el gobierno británico a someterse a un tratamiento de hormonas para «curarle» de su homosexualidad, lo cual culminó en su suicidio en 1954. Turing penetró en el existencialismo para medir si una máquina es inteligente proponiendo un juego de salón: se coloca un ordenador detrás de una puerta cerrada con un programa de chat, y una persona se sienta detrás de otra puerta cerrada con su propio programa de chat, y ambos intentan convencer a un juez de que son gente real. Si el ordenador induce a un juez humano a pensar que es una persona, entonces, para todos los propósitos y significados, es una persona.
De modo que, ¿cómo sabes que el tú extraído del backup que has restaurado a un nuevo cuerpo ─o un tarro con un altavoz unido a él─ es realmente tú? Bueno, puedes formularle algunas preguntas, y si responde de la misma forma en que lo harías tú, entonces es que estás hablando con una copia fiel de ti mismo.
Suena bien. Pero el yo que envió su primera historia a la revista Asimov hace diecisiete años no podría responder a la pregunta: «¿Escribiste una historia para el Asimov?» de la misma forma en que puede hacerlo el yo de hoy. ¿Significa esto que ya no soy yo?
Kurzweil tiene la respuesta.
«Si sigues esta lógica, entonces, si tomáramos mi yo de hace diez años, no pasaría por ser yo mismo en un Test de Turing relativo a Ray Kurzweil. Pero una vez la tecnología de almacenamiento y descarga se halle disponible dentro de unas pocas décadas, podrás crear una copia de mi lo suficientemente perfecta, y pasará el Test de Turing. La copia no tiene que igualar tampoco el estado cuántico de cada una de mis neuronas. Si me contactas al día siguiente, pasaré el Test de Turing de Ray Kurzweil; sin embargo, ninguno de los estados cuánticos de mi cerebro será el mismo. Hay tantos cambios a los que cada uno de nosotros se ve sometido cada día, que no examinamos tan de cerca la suposición de que somos la misma persona.
»Cambiamos gradualmente el esquema de nuestros átomos y neuronas, pero cambiamos muy rápidamente las partículas de las que está hecho este esquema. Solemos pensar que, en el cerebro ─la parte física de nosotros asociada más de cerca con nuestra identidad─, las células cambian muy lentamente, pero resulta que los componentes de las neuronas, los túbulos y demás, cambian en sólo unos pocos días. Ahora soy un conjunto de partículas completamente distinto del que era hace una semana.
»La consciencia es un tema difícil, y siempre me sorprende cómo mucha gente habla rutinariamente de la consciencia como si pudiera ser testada científicamente de una forma fácil y sin problemas. Pero no podemos postular un detector de consciencia que no lleve incorporado en él algunas de las suposiciones acerca de la consciencia.
»La ciencia habla de observaciones objetivas de una tercera parte y de deducciones lógicas a partir de ellas. La consciencia es acerca de la primera persona, de la experiencia subjetiva, y hay un vacío fundamental aquí. Vivimos en un mundo de suposiciones acerca de la consciencia. Compartimos la suposición de que otros seres humanos son conscientes, por ejemplo. Pero eso se descompone cuando nos salimos fuera de los seres humanos, cuando consideramos, por ejemplo, los animales. Algunos dicen que sólo los seres humanos son conscientes, y que los animales son instintivos y mecánicos. Otros ven en un animal un comportamiento parecido al humano y consideran al animal como consciente, pero ni siquiera esos observadores atribuyen en general la consciencia a los animales que no son parecidos a los humanos.
»Cuando las máquinas son lo suficientemente complejas como para poseer respuestas reconocibles como emociones, esas máquinas serán más parecidas a los seres humanos que los animales.»
La Singularidad de Kurzweil funciona así: Los ordenadores se vuelven mejores y más pequeños. Nuestra habilidad de medir el mundo gana precisión y se vuelve más barata. Finalmente podemos medir el mundo dentro del cerebro y hacer una copia de él en un ordenador que sea tan rápido y complejo como un cerebro, y voilà, la inteligencia.
Aquí en el siglo XXI nos gusta vernos a nosotros mismos como cerebros ambulantes, conectados a marionetas de carne que arrastran nuestra preciosa materia gris de un lado para otro. Tendemos a pensar en esa materia gris como trascendentemente compleja, y pensamos en ella como el elemento que nos hace nosotros.
Pero los cerebros no son tan complejos, dice Kurzweil. Ya estamos empezando a desentrañar sus misterios.
«Parece que hemos hallado un área del cerebro íntimamente asociada con las emociones del más alto nivel, las células huso, profundamente embutidas en la masa cerebral. Hay decenas de miles de ellas, y abarcan todo el cerebro (quizás ochenta mil en total), lo cual es un número increíblemente pequeño. Los bebés no tienen ninguna, la mayoría de los animales no tienen ninguna, y probablemente sólo evolucionaron a lo largo del último millón de años o así. Algunas de las emociones de alto nivel que son profundamente humanas proceden de ellas.
»Turing tuvo la intuición correcta: basar el test para la inteligencia en el lenguaje escrito. El Test de Turing funciona realmente. Una novela se basa en el lenguaje. Con el lenguaje puedes conjurar cualquier realidad, mucho más que con imágenes. Turing casi vivió para ver a los ordenadores efectuar un buen trabajo actuando en campos como las matemáticas, el diagnóstico médico y demás, pero esas tareas eran mucho más fáciles para una máquina que demostrar siquiera la maestría de un niño en el lenguaje. El lenguaje es la auténtica encarnación de la inteligencia humana.»
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Si no somos tan complejos, entonces sólo es cuestión de tiempo el que los ordenadores se vuelvan más complejos que nosotros. Cuando llegue eso, nuestros cerebros serán modelables en un ordenador, y entonces es cuando empieza la diversión. Ésa es la tesis de Máquinas espirituales, que incluye incluso una línea temporal (estilo Heinlein) que llega hasta nuestros días.
Bien, puede ser que un cerebro humano contenga n puertas lógicas y funcione a x ciclos por segundo y almacene z petabytes, y que n y x y z estén a nuestro alcance. Es posible que podamos tomar un cerebro y registrar su posición y las relaciones de todas las neuronas y elementos subneuronales que constituyen un cerebro.
Pero hay también un número casi infinito de formas de modelar un cerebro en un ordenador, y sólo una fracción finita (o posiblemente inexistente) de ese espacio cederá una copia consciente del cerebro de carne original. Normalmente los escritores de ciencia ficción se saltan este paso: Heinlein, en La Luna es una cruel amante, se limita a utilizar el truco de que, una vez el ordenador se vuelve lo suficientemente complejo, con los suficientes «números al azar», simplemente despierta.
Los programadores de software son un poco más escépticos. Los ordenadores nunca han sido conocidos por su habilidad de programarse a sí mismos: tienden a ser menos listos que la gente que escribe sus programas.
Pero hay técnicas para conseguir que los ordenadores se programen a sí mismos, basadas en la evolución y en la selección natural. Un programador crea un sistema que escupe montones ─miles o incluso millones─ de programas generados al azar. A cada uno se le da la oportunidad de realizar una tarea determinada (digamos ordenar una lista de números del mayor al menor), y los que resuelven mejor el problema son conservados, mientras que los demás son borrados. Luego los supervivientes son usados como base para una nueva generación de descendientes mutados al azar, cada uno de ellos basado en elementos del código que los ha precedido. Ejecutando a la vez muchos programas variados al azar, y eliminando los de menos éxito y regenerando muy rápidamente la
población de los vencedores, es posible evolucionar un software efectivo que actúe tan bien o mejor que los escritos por autores humanos.
De hecho, la informática evolutiva es un campo prometedor y excitante que está consiguiendo auténticos logros a través de toda una serie de ramificaciones colaterales como la «optimización del hormiguero» y enfoques similares que están mostrando buenos resultados en campos tan diversos como el pilotaje de UAVs [vehículos aéreos no tripulados] militares y las cadenas robot de pintura de coches en las plantas automovilistas.
De modo que si aceptamos la premisa de Kurzweil de que la informática se está volviendo más barata y más abundante que nunca, entonces, ¿por qué no usar simplemente los algoritmos evolutivos para evolucionar la mejor manera de modelar un cerebro humano escaneado que «despierte» como el ordenador Mike de Heinlein?
De hecho, éste es el punto crucial de la argumentación de Kurzweil en Máquinas espirituales: si poseemos una informática a nuestra disposición y un modelo detallado de un cerebro humano, sólo necesitamos combinarlos, y de ello brotará el mecanismo en el que podamos descargar nuestra consciencia para su almacenaje digital y trascender así para siempre nuestra débil y fastidiosa carne.
Pero es una trampa. Los algoritmos evolutivos dependen de los mismos mecanismos que la evolución en el mundo real: las variaciones de la herencia en los candidatos y un sistema que elimina los candidatos menos aptos. Esto último ─el factor de adaptabilidad que determina qué individuos en una camada procrearán y cuáles desaparecerán─ es la clave de un sistema evolutivo de éxito. Sin ello, no hay ninguna presión sobre el sistema para lograr la meta deseada: sólo mutaciones y más mutaciones.
Pero, ¿cómo puede una máquina evaluar cuál de un billón de modelos de un cerebro humano es «más parecido» a una mente consciente? O mejor aún: ¿Cuál es más parecido al individuo cuyo cerebro es tomado como modelo?
«Es un juego de manos en Máquinas espirituales ─admite Kurzweil─. Pero en La Singularidad está cerca presento un examen en profundidad sobre lo que sabemos acerca del cerebro y cómo modelarlo. Nuestras herramientas para comprender el cerebro están sometidas a la Ley de los Resultados Acelerados, y hemos hecho más progresos en el cerebro de lo que la gente llega a darse cuenta.» Es un sabroso kurzweilismo el que observa que una mejora en la tecnología ofrece herramientas para mejorar dicha tecnología, una y otra vez, de tal modo que lo que progresa engendra un progreso mayor y más rápido.
»La resolución de los escáneres del tejido humano, tanto espacial como temporal, se está multiplicando por dos cada año, y lo mismo nuestro conocimiento de cómo funciona el cerebro. El cerebro no es una gran red neuronal, el cerebro es varios cientos de regiones diferentes, y podemos comprender cada región, podemos modelar las regiones con las matemáticas, la mayor parte de las cuales tienen algún nexo con los sistemas del caos y de la autoorganización. Esto se ha realizado ya para un par de docenas de regiones de entre los varios cientos.
»Tenemos un buen modelo de una docena o así de regiones de la corteza auditiva y visual, de cómo descomponemos las imágenes hasta películas de muy baja resolución basadas en el reconocimiento de los esquemas. Resulta interesante el que en realidad no vemos cosas, sino que esencialmente las alucinamos en detalle a partir de lo que vemos de esos indicios de baja resolución. Pasadas las primeras fases de la corteza visual, los detalles no alcanzan el cerebro.
»Estamos recibiendo de forma exponencial más conocimientos. Podemos conseguir escáneres detallados del trabajo de las neuronas in vivo, y estamos empezando a comprender los caóticos algoritmos que sustentan la inteligencia humana. En algunos casos estamos consiguiendo una actuación comparable de regiones del cerebro en simulación. Esas herramientas seguirán creciendo en detalle y sofisticación.
»Podemos confiar en emplear la ingeniería genética a la inversa con el cerebro en un plazo de unos veinte años. La razón de que esa ingeniería genética a la inversa no haya contribuido mucho a la inteligencia artificial es porque hasta recientemente no disponíamos de las herramientas adecuadas. Si le doy un ordenador y unos cuantos sensores magnéticos y le pido que emplee con ellos la ingeniería genética a la inversa, puede que imagine usted que un dispositivo magnético gira cuando es salvado un archivo, pero nunca acabará de entender el manual de instrucciones. Sin embargo, una vez haya empleado totalmente la ingeniería genética a la inversa en el ordenador, podrá expresar sus principios operativos en sólo unas pocas docenas de páginas.
»Ahora hay nuevas herramientas que nos permiten ver las conexiones interneuronales y su señalización, in vivo y en tiempo real. Simplemente estamos consiguiendo estas herramientas, y existe una muy rápida aplicación de dichas herramientas para obtener los datos.
»Dentro de veinte años dispondremos de simulaciones realistas y modelos de todas las regiones del cerebro y comprenderemos cómo funcionan. No copiaremos ciega o automáticamente esos métodos, los comprenderemos y los usaremos para mejorar nuestro conjunto de herramientas IA. Así que aprenderemos cómo funciona el cerebro, y luego aplicaremos las sofisticadas herramientas que obtendremos a medida que descubrimos cómo funciona el cerebro.
»Una vez comprendamos el sutil principio científico, podremos aislarlo, amplificarlo y expandirlo. El aire circula más rápido sobre una superficie curva: a partir de esta intuición aislamos, amplificamos y expandimos la idea e inventamos el viaje aéreo. Haremos lo mismo con la inteligencia.
»El progreso es exponencial ─no sólo una medida del poder de computación, número de nodos de Internet y puntos magnéticos en un disco duro─, el índice del cambio paradigmático se está acelerando también, multiplicándose por dos a cada década. Los científicos contemplan un problema e intuitivamente llegan a la conclusión de que, puesto que hemos resuelto un 1 por ciento del mismo en el último año, deberán pasar cien años hasta que el problema se haya agotado: pero el índice de progreso se multiplica por dos cada década, y el poder de las herramientas de la información (en precio-rendimiento, resolución, anchura de banda y demás) se multiplica por dos cada año. La gente no capta el crecimiento exponencial, ni siquiera los científicos. Durante la primera década del proyecto del genoma humano, sólo resolvimos un 2 por ciento del problema, pero hemos resuelto el restante 98 por ciento en cinco años.»
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Pero Kurzweil no cree que el futuro llegue precipitadamente. Como observó William Gibson, «El futuro está aquí, sólo que no está distribuido regularmente.»
«Por supuesto, será interesante tomar un cerebro humano, escanearlo, rastrearlo, y ejecutarlo en otro substrato. Eso terminará ocurriendo.
»Pero el escenario más sobresaliente es que gradualmente nos fundiremos con nuestra tecnología. Usaremos nanorrobots para matar patógenos, luego para matar células cancerígenas, y luego se meterán en nuestro cerebro y harán cosas beneficiosas allí como aumentar nuestra memoria, y muy gradualmente se volverán más y más sofisticados. No será un solo gran salto, pero en definitiva será un gran salto formado por muchos pequeños saltos.
»En La Singularidad está cerca describo el mundo radicalmente distinto de 2040, y cómo llegaremos allí cambio beneficioso a cambio beneficioso. La Singularidad será gradual, suave.
»En realidad se trata de aumentar nuestro pensamiento biológico con pensamiento no biológico. Poseemos una capacidad de 1026 a 1029 cálculos por segundo (cps) en los aproximadamente 1010 cerebros humanos en la Tierra, y ese número no cambiará mucho en cincuenta años, pero el pensamiento no biológico se abrirá simplemente camino a través de ello. En 2049, la capacidad de pensamiento no biológico será del orden de mil millones de veces eso. Alcanzaremos el punto en el cual el biopensamiento sea relativamente insignificante.
»La gente no arrojó a un lado sus máquinas de escribir cuando aparecieron los procesadores de textos. Siempre ha habido un solapamiento…, se necesitará tiempo antes de que nos demos cuenta de lo mucho más poderoso que será al final el pensamiento no biológico.»
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Está bien hablar de todo lo que podremos hacer con la tecnología, pero es mucho más importante hablar de lo que se nos permitirá hacer con la tecnología. Piensen en la alucinación global causada por el advenimiento relativamente trivial de las herramientas para compartir libremente archivos de igual a igual. Las universidades están blindando electrónicamente sus campus y castigando a sus estudiantes de ciencias informáticas por escribir software legítimo de aplicación general; abuelas y niñas de doce años están perdiendo los ahorros de toda su vida; la intimidad y los procesos legales han salido volando por la ventana sin siquiera decir adiós.
Incluso los peores enemigos de las redes P2P admiten que ésta es una tecnología generalista con buenos y malos usos, pero cuando surge una nueva tecnología engendra a menudo una respuesta que castiga a un número infinito de personas inocentes para agarrar a los culpables.
¿Qué va a ocurrir cuando el paradigma de la nueva tecnología se convierta en una superinteligencia trascendente? ¿Hallarán justificado las fuerzas reaccionarias arrasar todo el ecosistema para eliminar unos pocos parásitos que están haciendo cosas negativas con las nuevas herramientas?
«Los ecosistemas complejos siempre tendrán parásitos. El malware [software malicioso] es el campo de batalla más importante hoy.
»Todo se convertirá en software: los objetos serán maleables, pasaremos mucho tiempo en Realidad Virtual, y el compupensamiento adquirirá órdenes de magnitud de importancia por encima del biopensamiento.
»El software ya es lo bastante complejo teniendo un terreno ecológico que ha emergido tal como lo ha hecho en el biomundo.
»Es en parte por eso por lo que la tecnología no está regulada y la gente tiene acceso a las herramientas para crear malware y las medicinas para tratarlo. Los virus del software de hoy son más inteligentes y más furtivos y distan mucho de ser ingenuos. Son muy listos.
»Pero ahí está el meollo del asunto: No verán a la gente abogando por cerrar Internet debido a que el malware es tan destructivo. Quiero decir, el malware es potencialmente más que un engorro: los sistemas de emergencia, el control del tráfico aéreo y los reactores nucleares están controlados por un software vulnerable.Es un asunto importante, pero el daño potencial todavía es tan sólo una pequeña fracción de los beneficios que obtenemos de Internet.
»Espero que las cosas seguirán así, que Internet no se convertirá en un espacio regulado como la medicina. El malware no es el asunto más importante al que se enfrenta la sociedad humana hoy en día. Los diseñadores de biovirus lo son. La gente está preocupada por las WMD [armas de destrucción masiva], pero las más terribles WMD son un virus biológico de diseño. En los laboratorios universitarios existen los medios para crear virus destructivos que entren en erupción y se difundan silenciosamente con largos períodos de incubación.
»Y lo más importante: un bioterrorista en potencia no tiene que pasar su malware a través del proceso regulador de aprobación de la FDA [la Administración para Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos], pero los científicos que trabajan para controlar el biomalware sí deben hacerlo.
»En Un mundo feliz de Aldous Huxley, la racionalización del sistema totalitario era que la tecnología era demasiado peligrosa y necesitaba ser controlada. Pero eso sólo hace que la tecnología se vuelva clandestina, donde se hace menos estable. Las regulaciones dan un filo de poder a los irresponsables que no escuchan de todos modos las regulaciones.
»La forma de poner más piedras en el lado de la defensa de la balanza es dar más recursos a las tecnologías defensivas, no crear un régimen totalitario de control draconiano.
»Abogo por un programa de cien mil millones de dólares para acelerar el desarrollo de la tecnología de los virus antibiológicos. La forma de combatir todo esto es desarrollar amplias herramientas para destruir los virus. Tenemos herramientas como la interferencia del ARN, descubierta hace apenas dos años para bloquear la expresión genética. Podemos desarrollar medios para secuenciar los genes de un nuevo virus (secuenciar el SARS [síndrome respiratorio agudo severo] sólo tomó treinta y un días) y responde a él en cuestión de días.
»Piensen en ello. No hay ninguna FDA para el software, ninguna certificación para los programadores. ¡Aunque el gobierno está pensando en ello! La razón de que la FCC [la Comisión Federal de Comunicaciones] esté estudiando decretos al respecto ─un sistema para restringir lo que un ordenador puede hacer mediante bloqueos en el hardware integrados en la placa madre─ es que la tecnología se está ampliando para cubrirlo todo. Así que ahora tenemos burócratas en comunicaciones, burócratas en biología, todos ellos deseando regular los ordenadores.
»La biología sería mucho más estable si nos alejáramos de las regulaciones, que son extremadamente irracionales y onerosas y no equilibran adecuadamente los riesgos. Muchos medicamentos no se hallan hoy disponibles pese a que deberían estarlo: la FDA siempre desea saber lo que ocurre si aprobamos esto y resulta que se convierte en una situación como la talidomida que la ponga en evidencia ante la CNN.
»Nadie pregunta acerca del peligro que ciertamente se incrementará a causa de retrasar un tratamiento uno o dos años. No hay ningún peso político en absoluto, la gente ha estado muriendo de enfermedades como infartos y cánceres durante tanto tiempo como llevamos vivos. Los riesgos atribuibles tienen 100 1000 más peso que los riesgos no atribuibles.»
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Esto, ¿es espiritualidad o ciencia? Quizá sea una mezcla de ambas…, más sombras de Heinlein, esta vez las extrañas religiones fundadas por la gente que se tomó Forastero en tierra extraña demasiado en serio.
Después de todo, éste es un sistema de creencias que dicta un medio por el cual podemos cuidar virtuosamente de nuestros cuerpos y vivir el tiempo suficiente para trascenderlos. Es un sistema de creencias que se preocupa por la intromisión de los no creyentes, que trabaja para minar sus metas a través de sistemas irracionales predicados sobre su incredulidad. Es un sistema de creencias que pregunta y responde a la cuestión de qué significa ser humano.
No es sorprendente que la Singularidad haya venido a ocupar tanto espacio en la narrativa de ciencia ficción en estos años. Ciencia o espiritualidad, difícilmente podemos pedir un tema elaborado mejor a la medida a través de la especulación tecnológica y el drama.
opiniones (4)La Tienda del Cuerpo Biónico y La Singularidad Tecnológica
IEEE Spectrum, en un reporte especial sobre La Singularidad ofrece, entre otras cosas, una simulación en flash de un sitio de comercio electrónico de dispositivos médicos avanzados ofrecidos por empresas que está desarrollándolos actualmente o que ya los comercializa. Aquí se pierden los límites entre robots y seres humanos. Un rápido progreso tecnológico que nos acerca hacia una posible “Singularidad Tecnológica”.
Interfaz Cerebro-Máquina: las está desarrollando la empresa Cyberkinetics y consiste en la implantación directa de chips en el cerebro de la gente. El producto BrainGate costará entre USD 15.000 y USD 25.000 (tal vez más) y se encuentra actualmente en pruebas clínicas.
Cyberkinetics
Prótesis Auditiva: ya que las actuales no se mezclan bien con el agua, los otólogos han desarrollado una cápsula que contiene un micrófono y otros dispositivos electrónicos para meter bajo la piel. Está disponible en Europa, y la compañía paga la factura hospitalaria a los primeros usuarios que las prueben en Estados Unidos.
Ontologics
Implantes Cocleares: una cóclea artificial captura conversaciones con un micrófono externo y las traduce a señales electrónicas que se envían por wireless a un receptor implantado. Ese dispositivo controla electrodos dentro de la cóclea que estimulan selectivamente los nervios auditivos.
Cochlear Ltda
Med-el
Advanced Bionics
Neurelec
Estimulación del Nervio Vago: con esta técnica se trata principalmente la epilepsia, y en menor grado la depresión y la obesidad. Consiste en enviar pulsos eléctricos a un nervio en la base del cerebro.
Cyberonics
Metacure
EnteroMedics
Asistente Ventricular: dispositivos que funcionan con batería, usados para ayudarle a las cavidades del corazón a bombear sangre. Estos dispositivos se suelen usar temporalmente mientras al paciente se le hace un transplante de corazón.
Thoratec
ABiomed
World Heart Corporation
Estimulador Respiratorio: estimulador de marcapaso para el diafragma que le ayuda a las personas con Esclerosis Lateral Amiotrófica o con Lesión de la Médula Espinal a respirar por su propia cuenta, reemplazando a los respiradores mecánicos. A diferencia de los otros estimuladores (que requieren grandes cirugías), el estimulador NeuRx de la empresa Synapse Biomedical puede implantarse con una laparoscopia mínimamente invasiva. Ya se están realizando las pruebas clínicas (van 38 usuarios).
Synapse Biomedical
Brazo Artificial: aunque los brazos protésicos con articulaciones mecánicas han estado disponibles hace décadas, el inventor Dean Kamen quiere desarrollar un dispositivo que sea más funcional y más fácil de controlar que los sistemas actuales. El dispositivo de 18-grados-de-libertad que creó se está alistando para pruebas clínicas.
DEKA Research & Development Corporation
Mano Biónica: un computador embebido y cinco dedos mecánicos que operan independientemente son la clave de la mano iLIMB fabricada por Touch Bionics, ofreciendo funciones que otras manos protésicas no pueden hacer: agarrar vasos de papel, dar la vuela a las llaves, presionar pequeños botones en un teléfono celular.
Touch Bionics
Pierna Inteligente: la C-Leg es probablemente la más avanzada prótesis de extremidades inferiores existente. Desarrollada por la compañía alemana Otto Bock, esta prótesis usa sensores incorporados y un microprocesador para dar más estabilidad a los usuarios, permitiéndoles montar bicicletas, bajar pendientes, y cambiar rápidamente de velocidad durante actividades deportivas.
Otto Bock Healthcare
Estimulación Cerebral Profunda: se suele usar para tratar el Parkinson, y también se está investigando para tratar la epilepsia y la depresión. Este dispositivo envía pulsos eléctricos a electrodos ubicados en puntos estratégicos del cerebro que controlan funciones como el movimiento y el estado de ánimo.
Medtronic
Ojo Biónico: Muchos grupos de investigación están tratando de desarrollar retinas artificiales, pero el Argus II de Second Sight –un chip con 60 electrodos pegados a la retina que reciben señales de una cámara externa– es el único prototipo sometido a un estudio clínico mundial a largo plazo.
Second Sight Medical Products
Exoesqueleto Mecánico: pronto saldrán exoesqueletos robóticos de un laboratorio japonés. El traje Hal-5 para todo el cuerpo, desarrollado por Cyberdyne, le ayuda a caminar y a levantar objetos a los ancianos y a las personas discapacitadas. La empresa considera que el traje costará USD 15.000 o una unidad arrendada mensualmente a USD 1.300.
Cyberdyne
Desfibrilador Implantado: al detectar problemas en el ritmo y la frecuencia cardiaca, un desfibrilador implantado puede enviar una descarga de electricidad para forzar al corazón a reiniciarse con un ritmo adecuado.
Medtronic
St. Jude Medical
Boston Scientific
Sorin Group CRM
Biotronik
Etiquetas RFID: Digamos que te llevan inconsciente al hospital. Si tienes una etiqueta de identificación por radio-frecuencia implantada en tu brazo (como se mencionó en una nota anterior), los doctores y enfermeras del hospital pueden identificarte y buscar tu historia clínica. Ya hay alrededor de 2000 personas con implantes RFID, un tercio perteneciente al programa de historia clínica. Pero recientemente se anunció que el negocio de Verichip resultó ser auto-sostenible, y debido al esfuerzo de mercadeo que involucra, a la publicidad negativa anti-RFID, y a la falta de recomendaciones médicas hacia el procedimiento, la empresa está siendo vendida.
VeriChip
Cápsula Endoscópica: hasta hace poco, el doctor mandaba a los pacientes a hacerse una endoscopia para obtener imágenes de sus intestinos. Ahora existe PillCam, una cápsula con una cámara en miniatura; el paciente se la traga y la cápsula transmite las imágenes de su intestino delgado a un computador externo.
Given Imaging
Administración de Fármacos: para tratar dolor crónico y espasmos musculares severos, algunos doctores han optado por bombas implantadas que envían medicamentos directamente a la espina dorsal, permitiendo dosis más pequeñas que se puedan necesitar si la droga se consumió oralmente.
Medtronic
MicroCHIPS
Estimulación del Nervio Sacro: así como los marcapasos ayudan a corazones errantes, hay una solución para vejigas hiperactivas: un simulador implantado que envía impulsos eléctricos a lo largo de un cable con una punta del electrodo conectada a un nervio en la base de la espina dorsal que controla algunas de las funciones de la vejiga.
Medtronic
Pie Robótico: los pies protésicos no son nuevos. Pero el pie Proprio de la empresa Ossur no es cualquier prótesis. Usa sensores de movimiento y software de control del tobillo para ajustarse a los movimientos del usuario. El dispositivo le permite a los usuarios sentarse y pararse naturalmente y la posibilidad de subir escaleras y bajar pendientes.
Ossur
(Fuente: IEEE Spectrum)
(Traducción: Hernán Ortiz)
“Fuente de la Vejez” de Nancy Kress en Axxón 186
Los amigos de Axxón han publicado en su número 186 (que se irá actualizando durante Junio) la novela corta ganadora del Premio Nébula de este año Fountain of age de Nancy Kress, traducida por Claudia De Bella. Puedes leer toda la historia aquí
opiniones (0)La tenía en un anillo. En aquellos días, uno llevaba encima trozos de personas. No como hoy.
Un mechón de pelo, una gota de sangre, un beso de lápiz labial en un papel… esas cosas eran reales. Uno podía guardarlas en un relicario, o en un estuche de bolsillo, o en un anillo; podía llevarlas consigo, acariciarlas. Nada que ver con estos hologramas. ¿Quién puede atesorar sombras de láser? O las “re-creaciones” de la nanotecnología… peor aún. Bah. ¿Acaso el Amo del Universo “re-creó” al mundo después de que explotara un poquito? Nunca. Se las arregló con el original, como toda persona sensata.
Así que la tenía en un anillo. Y conservé el anillo cuarenta y cuatro años, antes de que el mundo moderno se lo comiera. Literalmente, se lo comiera… díganme: ¿dónde está la justicia?
¡Ah, y era tan hermosa! No malformada por la genemod como esas chicas modernas, de cinturas tan flacas y traseros enormes y senos repulsivos. No, ella era natural, una mujer real, una diosa. Cabellera negra, salvaje como las aguas turbulentas, piel olivácea, ojos verdes. Recuerdo el tono exacto de verde. Ni césped, ni esmeralda, ni moho. Su propio tono. Recuerdo.