El super-humano

Hace unos días, en el Encuentro Fractal 09, Federico Witt nos habló sobre el potencial de modificar los organismos para mejorarlos, con el eventual fin de ser el humano el modificado y llegar a un tipo de evolución Lamarckiana. Si con unos implantes de siliconas, una cirugía para corregir la nariz, prótesis para nuestras deficientes nalgas y tratamientos para cambiar la forma, tamaño y alineamiento de nuestros dientes, podemos mejorar nuestras oportunidades de reproducción… ¿dónde queda Darwin? El más apto no será el que biológicamente tenga mejores oportunidades desde su nacimiento, sino quien a través de cambios durante su vida pueda aumentar sus oportunidades reproductivas.

Usaré un ejemplo de la cultura pop: Paris Hilton. En su caso no tuvo que nacer bella. El dinero de su familia y la posibilidad de decolorarse el cabello, usar lentes de contacto azules y unas cuantas cirugías la han convertido en el modelo a seguir de muchas adolescentes quienes a diario se lamentan no tener su fortuna: con plata, no se necesita nacer bella.

Pero también podemos apoyarnos en un caso mucho más positivo, en el que estos cambios al organismo transportan al ser humano de tener una discapacidad a ser super-capaces. Esta es la situación de Aimee Mullins y de Oscar Pistorius. La primera, atleta, modelo y actriz, el segundo corredor olímpico conocido como “Blade Runner”. Ambos, con las piernas amputadas debajo de las rodillas.

Hoy por hoy, Aimee puede correr más rápido que un humano promedio, y puede, para envidia de sus amigas, modificar su estatura según las prótesis que use. Oscar ha sido rechazado de las últimas olimpíadas porque se consideró que sus prótesis le daban una ventaja injusta respecto a los otros corredores sin prótesis.

Cuando una persona que nazca ciega pueda sustituir sus ojos por cámaras y un sistema computarizado que le brinde información sobre lo que vaya viendo, cuando aquel cuyos huesos del oído interno puedan ser sustituidos por sensibles aparatos que le permitan agudizar su audición a tal grado que pueda escuchar 2 o 3 veces el rango audible humano, cuando aquel sin manos pueda injertarse instrumentos de la más alta sensibilidad y precisión, entonces… ¿cuántos seguirán viéndolos como discapacitados en vez de supracapacitados?

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